02 octubre 2022

LA TAUROMAQUIA Y UNAMUNO, por José Luis Puerto

LA TAUROMAQUIA Y UNAMUNO, por José Luis Puerto

La labor docente universitaria e investigadora de José María Balcells es dilatada y, a lo largo de los años –ahora que ya se encuentra en el territorio de la jubilación–, ha ido cosechando muy importantes frutos; y, aunque solo los cifráramos en sus libros de investigación y en sus ediciones críticas de escritores clásicos y contemporáneos, obtendríamos una envidiable y amplísima cartografía de nuestras letras.

Si nos atenemos a sus libros de investigación y de crítica literaria, dos son los rasgos más sobresalientes que advertimos en ellos: una documentación muy precisa y rigurosa, descubriendo en muchos casos fuentes no conocidas, fruto, sin duda, de un gran conocimiento de la literatura, así como de un trabajo constante, que hace honor al juanramoniano lema de “sin prisa, pero sin pausa”; así como una lectura sutil del autor o del motivo que aborde, para darnos visiones inéditas y no convencionales ni trilladas de nuestras letras.

Es lo que ocurre ahora con su nuevo libro de investigación, publicado este mismo año por la Universidad de Jaén, en su colección de Estudios literarios. ‘El niño de la noche’, 10, –dirigida por el profesor Rafael Alarcón Sierra–, y titulado Tragedia en juego. Toros y tauromaquia en Miguel de Unamuno (Jaén, 2022).

El de los toros, en nuestra cultura, es un tema espinoso y arduo. Presenta mil aristas y se aborda a través de mil prejuicios. Se quiere instrumentalizar desde determinadas direcciones políticas –como desgraciadamente hoy ocurre– y, salvo estudios lúcidos, como, por ejemplo, los Ángel Álvarez de Miranda, Julián Pitt-Rivers o Julio Caro Baroja, casi todo lo demás son posturas pasionales mantenidas desde diversos ‘forofismos’.

A las perspectivas los autores indicados, se suma este libro de José María Balcells, al abordar la tauromaquia y los toros en la vida y en la obra de Miguel de Unamuno. Balcells sabe que, para Unamuno, que mantuviera siempre –pese a paradojas y contradicciones– una actitud antropológica abierta, pues nada de lo humano le era ajeno, y menos la tauromaquia, viviendo en una provincia, como la salmantina, en la que predominan las dehesas de toros bravos, el motivo de la tauromaquia tiene una gran importancia, como sobradamente documenta en su libro.

Para mostrarnos tal asunto –que configura una visión caleidoscópica– en la obra del escritor vasco-salmantino, se sirve de sus artículos periodísticos, de sus cartas, de sus poemas; analiza también el lenguaje unamuniano relacionado con la tauromaquia; y dedica un hermoso y documentado recorrido a las “amistades taurinas” del propio Unamuno.

Tales amistades van desde figuras vinculadas con el ámbito salmantino, como Venancio Gombau, José Sánchez Gómez ‘El Timbalero’, o Juan Antonio Cavestany; hasta el hispanista francés Maurice Legendre; pasando por Ignacio Zuloaga o Vicente Blasco Ibáñez; y, cómo no, el propio José María de Cossío.

Un apartado también documentado y de gran interés es el relativo a “toreros y ruedos”, pues traza una cartografía de ese mundo taurino en vida de Unamuno, de relaciones que el escritor mantuviera con toreros y picadores y, por tanto, nos otorga una visión más amplia de la personalidad del propio Unamuno.

Cierra el libro una selección de textos unamunianos relativos a la tauromaquia y dentro de los géneros que enunciáramos al principio: artículos periodísticos, cartas y poemas; a través de los cuales podemos formarnos también una precisa idea de los pensares y sentires unamunianos en torno a la tauromaquia y los toros.

La amplísima bibliografía citada es un exponente más de esa rigurosidad y penetración con las que Balcells ha abordado el tema.

Balcells ha cogido el toro por los cuernos. Ha dejado al margen todo tipo de prejuicios que mantenemos de continuo en torno a este asunto y nos ha dado una visión, nueva, de uno de nuestros grandes escritores contemporáneos; pero, también, de un importante capítulo de la historia y de la cultura españolas de nuestro tiempo.

No olvidemos que el mito y arquetipo del toro y de la tauromaquia están en la raíz de Europa, desde el mundo clásico y que ha impregnado y sigue impregnando nuestro sustrato vital. Las filias y las fobias quedan aparte.