13 noviembre 2022

LA DESCOLONIZACIÓN CULTURAL, por José Luis Puerto

LA DESCOLONIZACIÓN CULTURAL, por José Luis Puerto

Europa, como es bien sabido, ha sido un continente colonizador, particularmente Europa occidental. El proceso civilizador impulsado por este continente ha ido acompañado por un dilatado proceso colonizador que ha durado siglos. Fruto de tal proceso colonizador es la extracción de riquezas de todo tipo de los territorios colonizados en América, África, Asia y Oceanía.

Riquezas materiales e inmateriales, culturales y económicas, cuando no –como en no pocos casos ocurriera– se ha utilizado el esclavismo como modo de explotación de todo tipo de recursos de los territorios colonizados.

Hoy, a estas alturas de la historia en que el proceso político de descolonización puede considerarse prácticamente culminado (una afirmación en la que caben no pocos matices), queda aún a Europa una asignatura pendiente: la descolonización cultural.

Porque Europa sustrajo no pocas obras de arte de los territorios colonizados, que se exhiben prácticamente desde el siglo XIX en los grandes museos europeos. Y, claro, hoy, los países colonizados están exigiendo a Europa (a unos y otros países de nuestro continente) la devolución de sus tesoros artísticos.

El tema está de actualidad. Estos días, veíamos el asunto no solo en suplementos culturales de algunos de los grandes periódicos de nuestro país, sino también incluso ocupando hasta la misma portada de uno de ellos.

Quiere ello decir que estamos ante un asunto candente y sin solucionar aún. Todo ello tiene muchos matices y, desde luego, ante tal situación, no hay que conducirse con atropello alguno. Pero tal cuestión ha de ser solucionada, mediante la devolución de tales tesoros artísticos a sus países de procedencia, siempre que haya garantías de que tales tesoros no se destruyan, se pierdan o pasen a comercio alguno.

Pongamos un ejemplo, las esculturas del friso del Partenón de Atenas. Grecia es hoy un país de la unión europea; lleva reclamando a Gran Bretaña tales esculturas, pero la cuestión está, desgraciadamente, lejos de solucionarse.

El gran poeta romántico inglés John Keats escribió un hermoso poema: “Al ver los mármoles de Elgin”. Al contemplarlos, llegados de Grecia, el poeta habló de “la helénica grandeza” que despertaba “el sonido del tiempo ya pasado”. ¿De qué mármoles se trata?

Entre 1801 y 1805, llegó a Gran Bretaña una extraordinaria colección de mármoles del Partenón de Atenas, de manos de Thomas Bruce, conde de Elgin, oficial británico residente en Atenas durante el dominio otomano, que ordenara que tales piezas se retiraran del Partenón y fueran trasladadas a su país, donde, desde 1839, se exponen en el Museo Británico de Londres. Y parece que, de momento, de ahí nadie las mueve.

Es la obstinación de los países colonizadores de quedarse con los tesoros artísticos arrebatados a los colonizados. Por ello, cuando Europa ha invadido en el pasado medio mundo, es una injusta paradoja que un miembro del parlamento francés le diga a otro, que es negro, que se vaya a África. Si los echamos, ¿por qué fuimos a arrebatarles sus riquezas y patrimonios?

Todo país colonizador tiene una deuda permanente con los colonizados. Ahora estamos en esa descolonización cultural, a la que parece que le está llegando su momento. Costará trabajo llevarla a cabo. Los países que atesoran las obras de arte de los países colonizados no las devolverán tan fácilmente. Pero es una tarea histórica pendiente.