DEBERES, por José A. Blanco
Apuro
el vaso de la vida y haré las trampas que quiera porque así me siento un
poco más libre, no me queda tiempo para jugar a lo que no sea de farol.
De un sorbo beberé la pócima mágica de los niños que me hace sonreír.
Y de esta guisa contaré hasta cien porque más es una pérdida de
tiempo.