Quise
comprar unos versos pero no los venden a granel. Los versos sueltos son
regalos de la vida que hay que buscar en los burdeles, en las afueras
de los metros, en la indigencia de algún rincón o en lo más profundo de
la soledad. Son días para que el rey “Malgastar” ande al rebusque del devaneo “black”, o sea, al rebufo de los Magos de Oriente y a
espaldas de los salarios malnutridos que deambulan escribiendo, pues
eso, un verso suelto.