15 febrero 2023

FAENAS PARA MAYOR ENTENDIMIENTO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

FAENAS PARA MAYOR ENTENDIMIENTO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

El exceso de pregones hace que no a todos se pueda estar o se tenga ganas de ir. El de la Peña del Caballo asistí porque me llamaba la atención que fuera un Peralta el que lo daba, apellido para quien se crió como yo, por los años sesenta y setenta, era todo un mito de la España de entonces.

Lo presentó Juan Luis, haciéndolo con cortedad, lo cual es casi siempre todo un acierto como así fue.

Seguido entró en faena el pregonero, Rafael Peralta Revuelta. Lo hizo desde el primer momento, diré valiéndome del léxico taurino, con hondura, pues su entrada tuvo garra, después unas series, en las que en una se dedicó a la crianza del caballo, en otra al comportamiento taurino, hubo otra de historia de caballos de la casa, más la de la tragedia de la muerte del caballo y el toro en la plaza, luego sobre lo que en Ciudad Rodrigo sucede y sus padres vivieron en él.

Todas ellas, con un verbo cargado de profundidad y cadencia torera que hizo que el pregón que no era corto así nos pareciese a los presentes.

Gracias pues a Rafael Peralta por el esfuerzo y el trabajo hecho, con su repaso histórico de lugares, personas y ganaderías de Salamanca y Andalucía, estuvo tan lleno de conocimiento como de sentimiento y arte ensamblando todo con acierto.

Luego las gentes salieron del Teatro satisfechas y agradeciendo la noche que era arropada por el sonar de los martillos que hacen posible esa casi imposible plaza, por donde con garbo y andares taurinos pasó el pregonero envuelto entre músicas carnavaleras que la Rondalla le brindaba y arropado por los peñistas.

Al día siguiente nuevo pregón que Rafael Iribarren Besaguren –Rafa Cruz- que quiso ser charro, y eligió nuestro rincón para hacer en él el sueño de su padre como homenaje, comprando la finca Cabezal Viejo, para venirse a vivir con nosotros y hacer aquello que a su padre le hubiera gustado y él quería.

Hubo en su pregón, más que palabras deslumbrantes sentimientos profundos hacia el toro, los lugares y las personas que los viven. Fue para él, una noche de orgullo por pertenecer al mundo del toro, y para los asistentes a su derroche sentimental, lo que da una mayor comprensión de estos a través suyo.

No nos engañemos, entre lo que fue la fiesta taurina en los años que ambos se criaron y vivieron, y la que ésta ahora representa para la sociedad, hay todo un distanciamiento grande. Si ciertamente en estas dos noches con sus palabras los pregoneros trajeron lo que Walter Benjamin dijo: “la música callada del toreo”, no es menos cierto que a gran parte de la sociedad actual cuando aparecen los hierros, les parece que esta música chirría y mucho. No voy a quitar razones a las razones de sus detractores, pero estos deben respetar lo que sus seguidores llevan dentro, tan dentro, que no entenderían ni a una España ni a sus vidas sin el mundo taurino.

Dejemos pues que las cosas, que le vienen contrarias a la tauromaquia, trascurran sin que estos queden huérfanos, que la transición sea hecha con respeto, y que la vida traiga el cambio desde el sosiego y la paz social, para mejor entendimiento entre la España del toro, y la que se desentiende y los cuestiona.