QUÉ BIEN, QUÉ BIEN, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
Qué
bien tener una sinfónica en Ciudad Rodrigo y nada menos que plagada
de niños.
Qué bien el estimulante y acertado programa de su concierto inaugural, sentido por los niños, gustado por los grandes.
Qué bien las maneras de dirigir de Jorge Hernnan y las formas de hablarle al público.
Qué bien sonó “Danubio azul”, qué bien estuvo el público dirigido por el director en el acompañamiento de la marcha Radetzky, de J. Strauss I.
Qué bien trascurrió todo, ni un solo fallo.
Qué bien ver el teatro lleno para un concierto de una sinfónica, y qué bien que fueran los músicos los hijos y nietos y amigos del público presente.
Qué bien la salida, cargada de satisfacción y buenas vibraciones ante el rato pasado en el Teatro, y ver cómo los pequeños se habían agigantado en el escenario.
Qué bien, qué bien.