04 julio 2023

TRAIDOR, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

José Luis Sánchez-Tosal Pérez

TRAIDOR, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez


Hace ya diez largos años que vinieron al mundo. Ella, Lía, grande y hermosa desde el primer segundo. Él, Sacha, inquieto y vivaracho desde el minuto uno. Su abuela y yo, estuvimos allí presentes, y desde entonces, no ha pasado quizá ni un sólo día que no los hayamos visto y cuidado. Con nosotros están en el verano en el pueblo, y durante el curso en el parque, y con su abuela repasan todos sus exámenes año tras año, hasta la fecha con buenos resultados.

En verano, puesto que sus padres están siempre trabajando, soy quien les lleva al río, rato en el que se quitan los calores del día y en él juegan a placer con sus amigos. Mientras yo siempre estoy echándole la vista, pues aunque los enseñé a nadar aún como son niños no dejo de estar pendiente. Ellos juegan y juegan en el agua y no salen de ella hasta que la noche empieza a aparecer. Y así, un día y otro y un año y otro. Lo hago con gusto, y me produce satisfacción, por tanto no puedo decir que me resulte un sacrificio sino que más bien me es gratificante, verlos día a día crecer sanos y felices, pero hay veces, muy pocas, que un día digo: “ahora un descanso no me viene mal”, y así lo entendí este fin de semana y me fui al mar, a ese Atlántico que te refresca y a sus playas solitarias e inacabables en las que te aíslas del mundanal ruido y te relajas de todas las tensiones propias y sociales, que a todos de una forma u otra nos cogen.

Pues bien, después de todo lo contado a mi regreso del mar, voy a por mis niños para quitarlos calor del día en el río, en esto que Lía me recibe espetándome: “traidor, que te has ido y nos has dejado aquí solos con este calor”. Yo no supe qué responderle, pues me dejó sin capacidad de contestar y va a ser muy difícil que nunca olvide el reproche a pesar de todas las atenciones para con ellos.