Toca ya ponerse a escribir, ahora, cuando es el fin de fiesta de la Nochebuena y el problema es de qué y cómo hacerlo. Comentando esto Fernando me dice: “coge unos ingredientes, un cuchillo, un tenedor, los picas y después a la batidora. Así seguro que te sale el artículo”. Y ciertamente que es una fórmula válida, pero aun así el puré resultante según lo picado dejará de tener sabor a ello, y el problema en un día como hoy es ese. ¿Pues qué sabor puede ser válido para quedar entre nosotros? ¿Uno que sea todo buenismo y dulzón, pues cómo en estas fechas se puede hablar del feo mundo de las bombas? Sí, ¿pero cómo sólo de paz y felicidad, que quedan tan fuera del sitio real? Y ahí está el dilema. Qué triturar para la papilla, pues no me digan que nombrar los niños de Gaza es digerible en estos días de paz y felicidad. Y cómo en ese estar oficial, no mencionar lo real sin faltar a la verdad.
Y en estas estoy, cuando creo que con describir el dilema, ya he dicho bastante y con ello casi está el espacio del artículo completo, con lo cual, mira por donde, asunto resuelto sin haberlo hecho. Es decir, que me quedo aquí, en este escabullirme por una vez, por respeto a todos los que en estos días sufren agresiones causadas por el odio y la avaricia, y por lo mismo para todos los que estos días queremos y nos deseamos paz y felicidad, ese imposible en medio de este mundo de guerras, migraciones forzosas, ascenso de la extrema derecha, falta de miramiento ecológico y de no sé qué más cosas.
Pues ya está triturado lo que tenemos, ahora ustedes coman o dejen lo que no quieran del puré, que aquí en la página sí es posible, el problema es que me temo que en la realidad no.