SIENDO SIEMPRE TU, por Mara Guadalix
Siendo siempre tú
Un día es un suspiro de los colores fríos, donde solo el olvido es consciente de [aquello que tuvimos, quisimos y perdimos,
hoy, cuando somos hojas caídas,
nos asaltan temores, y la duda de manuscritos rotos,
donde inscribimos no pocas decepciones,
casi siempre, con o sin intención,
tratando de arrancar como se hace con las flores, los sueños.
Te admiro en tu constancia e insistencia, también yo soy azul, y voy, y vuelvo,
para horadar la roca y darle forma.
Océano de añiles qué nos lleva a playas nuevas, de arenas increíbles , y palmeras.
No dejes de crecer, y si es preciso,
alguna vez, di adiós, suelta la mano.
Las olas crecen solas,
se rompen en sus carreras locas,
caballos de cristales y espumas,
libertad de no cerrar nunca la espiral ciclónica en tu boca, la risa.