Estoy
dentro del coche, hace un frío que pela. Espero en doble fila guiñando a
pares. La tarde cada vez más fea, gélida y oscura. Al compás de la
música ruedan las mochilas y el griterío infantil rompe la monotonía del
frío y de la espera. Sonrisas, besos, abrazos… Vuelta a empezar. De
la magia navideña sólo queda el recuerdo.