QUE SUELTEN UN TORO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
No sólo es que estos días sean feos por fríos y falta de luz, sino que carecen de contenido propio, pues no son más que un mero paréntesis en el que la gente se debate entre los recuerdos navideños, incluido el arrepentimiento de los excesos, y los deseos de que sea ya el cercano Carnaval, que se hace tan lejano que no se ha podido por menos para evitar el mono que crear un día de toros en San Sebastián, al tiempo que así se mitiga el éxodo a las rebajas de Salamanca el día del patrón.
Y en estas estamos a nivel local, mientras vemos por la tele lo que pasa por el mundo como algo ajeno, pero que nos horroriza o distrae mientras llegan nuestros días de fiesta. Y la verdad, sí, el girar de nuestras vidas esperando días de toros es un poco un vacío, pues qué es lo que en ellos se ve a través de las pantallas con su ir y venir de bombardeos que ahora se extienden, luchas feas por el poder, crecimiento de las fuerzas de extrema derecha en el mundo, fortalecimiento de los más fuertes, millones de seres acosados por todas las miserias en origen se echen al mar para ser rechazados allí delante sin responsables de muchas de sus miserias, y cada vez más avisos a través de fenómenos climáticas de que la Tierra esta al borde del abismo, o frivolidades y peligrosos entretenimientos a base de entrar en vidas ajenas, todo lo cual me hace algunos días pensar: ¡y por qué no sueltan ya un toro hoy!
Y en estas estamos, en días feos y vacíos a la espera de toros del Carnaval.