15 marzo 2024

LOS IDUS DE MARZO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

LOS IDUS DE MARZO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez - Ateneo Virtual Mirobrigense

José Luis Sánchez-Tosal Pérez
LOS IDUS DE MARZO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

    Vuelan los cuchillos como volaron hace más de dos mil años en el Senado romano. Entonces se los clavaron en todas las partes del cuerpo a Julio César, ahora van en todas las direcciones de unos a los otros. No viajan solos, van cargados de razones que los hacen merecedores del envío, pero son ya tantas razones del “y tu más” que empiezan a enterrarse las unas con las otras, o a desacreditar a los unos o a los otros, pues terminarán acabando con la capacidad de soportarles a todos y cada uno por parte de los ciudadanos, con lo cual se están haciendo un flaco favor.

    Dicho esto, ya sabido por todos, hay que decir que sí que Julio César fue un dictador, pero que consiguió grandes victorias, fue capaz de mantener y aumentar el imperio. Ciertamente putero era muy putero, pero fíjense, ya entonces él se sentía mejor cuando defendía a lo que hoy consideraríamos la gente de izquierdas que cuando alguna vez tuvo que alinearse con los poderosos.

    Después, tras los apuñalamientos vinieron los otros, entre ellos Bruto y demás compinchados en su asesinato, trajeron más dictadura y el comienzo de la descomposición del imperio.

    Hoy ciertamente algo huele a podrido, aunque yo creo que es muy difícil, a pesar de Koldo y su entramado, alcanzar la cuota que ya han puesto los que rompieron los discos duros en una sede pagada con dinero ilegal, después de meternos en la guerra menos querida a base de mentiras sobre armas destructivas que nunca existieron, para estar ahora capitaneados por alguien que en los años más trágicos de la droga en Galicia se paseaba en el barco del capo de los capos, y todo teniendo de “compa” a la jefa de las residencias durante la pandemia en las que si entonces se hubiera seguido el protocolo se hubieran evitado más de 4.000 muertes (según la comisión de la verdad de las residencias de Madrid) que quedan en el debe de la verdulera de la fruta.

    En fin, que estamos donde estamos, empantanados en aguas fecales y con los idus de marzo tan vivos como hace dos mil años.