PARA SER LOS PRIMEROS..., por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
Como unas doscientas cincuenta personas asistieron a la primera muestra de monólogos teatrales. Su duración de como una hora y media a nadie se le hizo larga, y con eso, creo ya estar diciéndoselo todo a ustedes.
Todos y cada uno de los que hicieron su propia representación en escena, y nunca mejor dicho lo de propia, puesto que ellos mismos fueron los electores de su monólogo, los que fueron de todos y cada uno un acierto. También su vestuario, todos muy propios para los que representaban. Y luego, ellos y ellas, los actores y actrices creciéndose en escena y haciéndose grandes como los textos que proclamaban.
Una vez más el teatro nos salva de muchas cosas, y precisamente en este rato del morir la tarde dominguera que siempre es tan amenazadoramente nostálgico.
Enhorabuena a todos pues, y ya de puestos, y visto de manos de Cardoso el clamor por la bibliocaseta, no estaría mal que el ayuntamiento por fin hiciera el esfuerzo de rehabilitarla, pues ya empieza a no ser entendible por qué continúa cerrada, y tengamos que preguntarnos como él “quién es el loco”, el que la daña o los que le ayudamos en su acción manteniéndola en desuso.
Ahora para cerrar estas líneas decir que esta forma de acercarnos al teatro con esta primera muestra de monólogos teatrales es más que todo un acierto, por parte de quien lo haya tenido, y que el mantenimiento del taller de teatro de la mano de nuestro ayuntamiento es una de sus más acertadas y mejores acciones, pues con ella están haciendo, entre otras cosas, bueno el dicho de Eugenè Ionesco que decía: “que si es necesario que el arte o el teatro sirvan para algo, yo diría que deben de servir para enseñar a la gente que hay actividades que no sirven para nada y que es indispensable que existan”.
Terminar diciendo que la muestra de monólogos teatrales para ser la primera ha sido todo un éxito y por tanto deseamos no sea la última.