PELIGROSO SUEÑO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
Este finde nuestra ciudad se llenó de coches, y no de unos cualquiera, sino de Mercedes, y tampoco de unos Mercedes normales, sino de todo terreno.
Ciertamente llamaban la atención ver tantos y tan iguales, el motivo era la conmemoración de los 45 años del nacimiento del modelo. El evento ha tenido a la gente entretenida, que es una parte de lo que se trataba, otra sería el carácter publicitario de la marca, y otra, por supuesto, el formar piña de sus propietarios unos con otros. Al tiempo que por parte de la marca se los los agasajaba y seguro que moviendo palancas en los actos para fidelizarlos. Y no es para menos, pues me comentan que los coches expuestos en valor de segunda mano, unos con otros, podían ser de unos 130 mil euros, y dado que había unos treinta vehículos, teníamos casi cuatro millones de euros en la Plaza. También me dicen que uno de los coches venidos, nuevo, alcanzaba el coste de 430 mil euros, algo inalcanzable para casi la mayoría de todos los seres del planeta.
Todo esto me lleva a pensar a cómo hemos hecho nuestra, con toda naturalidad, la exhibición de la riqueza, encima a través de unos potentes coches que tampoco se quedan atrás contaminando, y cómo mientras nos vamos al desastre, tenemos de ello ya la prueba del nueve en el Mediterráneo, seguimos sin saber sacar la cabeza del mundo que en buena parte lo provoca, y no sólo eso, sino que además hacemos exhibiciones para festejarlo en toda regla. Y claro, mientras estamos entretenidos con estos fuegos fatuos, la amenaza crece y así nos va, y si no que se lo pregunten a los de Valencia, bueno, mejor a todos, pues lo que sí nos va a coger a todos es el desastre y con las manos vacías, a los que ni en los mejores sueños económicos nos entra un coche así en este peligroso sueño.