SIN ÉTICA NI ESTÉTICA (XII): LA INOCENTADA AMERICANA DE LOS PRIMEROS DÍAS DE ABRIL, por Ángel Iglesias Ovejero
En espera de que se haga la luz tras el apagón de ayer (28 de abril, 2025),
seguimos con nuestras chuletillas “sin ética ni estética”
El pasado 2 de abril los medios de comunicación en Francia, para amenizar el desayuno, ofrecieron a sus seguidores una especie de inocentada, debida al desfase de horario entre Europa y América. Tiene su intríngulis la referencia del tiempo cronológico y el cómputo del mismo (con meridianos, relojes y otros artilugios relacionados con fenómenos astrales y climáticos), para entender que el día de hoy es todavía el día de ayer en otra parte. Por otro lado, para quien no lo sepa, en dicho país europeo, por su condición laica, la gente anda un poco desorientada en materia de santoral. La mayoría ignora la existencia de los Santos Inocentes (celebrados por última vez el 28 de diciembre de 2024), que antiguamente abrían la veda para reírse de los incautos y gastar bromas eventualmente pesadas e incluso vejatorias, sin ir más lejos, en los seminarios, internados y comunidades religiosas. Cuando a los alumnos de español se les explica el significado de la palabra inocentada (fr. poisson d’avril, alusivo a los monigotes en forma de pez, con los cuales se adorna a las personas distraídas), tirando por el atajo, traducen: ¡Ah sí, el primero de abril!
El malentendido no duró mucho tiempo. En las televisiones, nuestro proteico personaje Pato Trompeta aparecía con una de sus resplandecientes pelucas habituales (color de mantequilla rancia o color de queso americano, como los que repartía Cáritas hace cincuenta años o más). Con cara de pocos amigos, de medio lado, achulado, y con voz trompetera, ejercía de Moisés cuando bajó del Sinaí con las dos pesadísimas tablas de piedra, donde figuraban los diez mandamientos divinos, y encontró a los hebreos bailando alrededor del becerro de oro (Ex 32.19). Este último, que representaba al dios egipcio Apis, por sus cuernos solares podría ser un anticipo del gran Búfalo o Bisonte de Ultramar, pues este aspira a ser reconocido como el más grande y apuesto Ser Supremo del globo terráqueo y del universo, así que de momento su manía de grandeza pasa por la fase de reconocimiento como elegido del Nuevo pueblo elegido en el Nuevo Mundo, por encima de los otros pueblos. Así se explica el redundante lema de su propaganda política (¡América primero!).
Nadie parece estar en condiciones de disputarle la hegemonía, ni dentro ni fuera del país americano. Sus más fieles seguidores casi lo adoran, a juzgar por una toma fotográfica (casi tabla pictórica, se diría) muy expresiva del día 26 de febrero. En ella se ve la plegaria colectiva antes de la primera reunión del gabinete del Gobierno, dirigida por Scott Turner, pastor evangélico. Por delante de este, aquellos aparecen inclinados en torno a la mesa ovalada y entre ellos destaca la iluminada cabeza del Jefe Supremo, como si de una primera cena se tratara (le point.fr/27-02-2025). Posteriormente, sus devotos han dado ya un paso más, llegando a tributarle un culto por la parte trasera, o al menos así lo cuenta el mismo ídolo. Por ello ofrecen el motivo de llamarlos Pompistas, los primeros de este apostolado, por supuesto, porque se pueden señalar otros.
Los mandamientos que el gran Pato trompeteaba estaban escritos, lógicamente, en la nueva lengua divina, o sea la coiné inglesa, que globalmente corresponde al pichinglis que los papanatas quieren hacer creer que manejan, siendo la verdad monda y lironda que son ellos los manejados y Pompistas, por gusto o por obligación. El tablero apenas cabía en las pantallas, porque incluía los 180 nombres de países a quienes imponía aranceles comerciales por la venta de sus productos en la Tierra prometida (la del nuevo “sueño americano”), a la que tendrían acceso sin trabas los empresarios que allí establecieran sus fábricas. El precio de estas “entradas” oscilaba entre el 10 % y el 34 %, este reservado a China (con sucesivos recargos, hasta 245 %), en contraste con Rusia, que no figuraba en la lista (¡Para que luego se diga que el buen Pato no sabe reconocer a los amigos!). Es de suponer que, como el Trompeta profetizaba, cada pueblo del universo mundo miraría a ver qué puesto ocupaba en el reparto de aquellas gabelas. A la Unión Europea, de la que España forma parte, le correspondía el 20 %, porque, según el nuevo Moisés: “Nos tima des hace 50 años” (o sea, “Nos roba”, como los catalanes dicen de España, según los españoles derechistas).
En suma, los Estados Unidos, que son el país más rico del mundo, según reconoce este profeta de malos augurios, imponen una obligada sangría a casi todos demás, para engordar a esta insaciable sanguijuela planetaria. De no hacerlo, sería peor para ellos. Los mandamientos en cuestión entrarían en vigor entre el cinco y el nueve de abril. Después ha resultado que no era tan urgente, y las cosas han cambiado algo. Pero entonces más de uno de los que fueron considerados ratones se preguntarían:
“¿Quién pone el cascabel al Pato?”
(la respuesta queda en suspenso hasta otro día…)
