22 agosto 2025

SIN ÉTICA NI ESTÉTICA (XXV): MANIFIESTO “ABRAZO AL AGUA 2025”, por Ángel Iglesias Ovejero

SIN ÉTICA NI ESTÉTICA (XXV): MANIFIESTO “ABRAZO AL AGUA 2025”, por Ángel Iglesias Ovejero - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

Ángel Iglesias Ovejero
SIN ÉTICA NI ESTÉTICA (XXV): MANIFIESTO “ABRAZO AL AGUA 2025”, por Ángel Iglesias Ovejero

De nuevo con cierta “ética y estética”, las plataformas Rebollar Vivo y Sierra de Gata Viva organizaron una manifestación ciudadana en Villasrubias el pasado domingo (17 de agosto, a las 19 horas), con el lema “Abrazo al Agua”, para oponerse al proyecto de una mina, al cual ya nos hemos referido (nº XvII: “¿El valle de Jauja, está en Villasrubias”?). Personalmente, como no creemos muy adecuado permanecer de brazos cruzados ante tamaño desvarío, nos unimos a la iniciativa con un “texto” que los promotores ecologistas nos encomendaron y aquí reproducimos.

Manifiesto “Abrazo al Agua 2025”: Un recorrido por los usos y lugares del agua en la historia de El Rebollar ara su protección.

1. La consigna mundial de “Abrazo al Agua” se ajusta al lugar en que estamos, a la vera de la piscina natural de Riofrío, ubicada cerca de la antigua Bañera (o presa de la vieja fábrica de electricidad, en ruinas) y el plantío de robles, en la Jesa de Villarrubias. El mismo nombre predestinante de Riofrío, en contraste con los calores caniculares, nos ayuda a percibir el valor de este líquido, que no solamente es un elemento básico de primera necesidad. Estos días ayuda a combatir el fuego asolador, que la locura o la imprudencia humana estimulan por doquier.

2. El bravo riachuelo, en su curso descendente, se junta con su hermano Peñaparda (por bajo del molinu del Cubu, en ruinas) y vierte sus aguas en el Águeda, en el paraje llamado, precisamente, Las Juntas (cerca del molinu de Faciu, también en ruinas). Allí se inició mi experiencia del agua, cuando mi padre me llevaba con él (antes de los cinco años) para labrar un huerto y su ladera. El ruido primaveral u otoñal de la cascajera, parcialmente oculta por las mansiegas (juncos) de los barrancos, me intrigaba y servía de entretenimiento, casi más que las conchas perlás, de las cuales ya no quedará ni rastro. Eran esponjosos y correosos mejillones que la gente pobre consumía. El arrullo de aquella singular guardería era quizá un preludio de la traca infernal que ya nos amenaza.

3. El locus amoenus (equivalente literario del bíblico jardín edénico o paraíso terrenal, tópicamente asentado en un espacio fresco y sombreado, el prado apacible y placentero, gracias a la cercanía del agua y el árbol) siempre estaba asociado con el trabajo en este rincón del Mundo. Muchos turistas lo ignoran y los naturales o vecinos de El Rebollar (robreanus, mangurrinus, pandinus, payengus y maganus) tienen la memoria corta. Las autoridades de la Comunidad de Castilla y León están dispuestas a sacrificar y esquilmar El Rebollar, bellido y frondoso, con el silencio complaciente de algunas autoridades locales (dispuestas a explotar los bosques que otros plantaron y violentar los acuíferos que los antepasados respetaron).

4. Abrazar el agua es un acto de amor a la vida y no un superfluo derroche, a la manera de la sociedad consumista. En la economía de subsistencia, domesticar el agua ha llevado su tiempo. Las casas tenían pozos, pero no servían para satisfacer la sed humana, a consecuencia de los residuos que los animales dejaban en los corrales, de modo que tenían algo del suplicio de Tántalo (tenía el agua alcance de los labios, pero no la podía beber). El acarreo del agua era labor de la gente menuda (pinchis) o mozuelas (dagalas), que no se hacían de rogar, para ir a la fuente con cantarillas y botijas (a veces en las afueras del lugar), porque en su entorno se tejían los primeros escarceos amorosos (copla 1). Los mozalbetes (dagalis) llevaban a abrevar a los animales domésticos, con el chorreo sobrante de los charaíles o pilares (copla 2). Toda el agua se aprovechaba, la de los canales del tejado se recogía en recipientes (barriñonis) cuando llovía y la de lavar los cacharros (laviju) servía para el berbaju de lo gorrinus, en el caldero colgado de las llaris en la chimenea.

5. Ríos, arroyos, regatos, charcas y pozos (o pozas / podas) se empleaban en los terrenos de regantíu, en las vegas aptas para los cultivos, en los güertus con tapiju (cercados). Las patatas han saciado muchas panzadas de hambre, no solo en Navasfrías, a cuyos habitantes dan sobrenombre (Pataterus), como el principal cultivo de invierno, los nabos, se lo han dado a la gente de Villarrubias (Naberus; copla 3). En Peñaparda, la recogida de las patatas (saquiju) se asocia con el instrumento emblemático de los pandinus, el mundialmente conocido panderu cuadráu, que, tradicionalmente, tocaban las mujeres con una porra.

6. Antes de que las empresas de la electricidad impusieran su ley, los cursos fluviales y las charcas o lagunas permitían la pesca (barbos, truchas, anguilas, tencas, etc.). Incluso los procedimientos ilegales y nada respetuosos con la fauna acuática (uso de barrenus, ambuera, etc.) no acabaron con ella. En cambio, la construcción de la mal llamada presa de Irueña vino a rematar la política fluvial, consistente en destruir las pesqueras de los molinos harineros. Hasta el lavado minero tenía antecedentes tradicionales, en espera de las pepitas de oro: cribar agua (copla 4). Por supuesto, nada comparable con la que se avecina con estas minas…

7. El placer de bañarse en casa llegó después de la emigración y el turismo masivo. En tiempos de los abuelos o bisabuelos, hasta mediados del s. XX, las mujeres adultas y pobres no se bañaban nunca, pero no eran menos amables (o atractivas), gracias al jabón que ellas mismas elaboraban. Las mozas se bañaban en camisa, aprovechando el laviju en el río. Los hombres se chapuzaban en verano, cuando estaban menos fríos los remansos, utilizando chicos y grandes el traje de Adán, sin ser nudistas por convicción filosófica. La mayoría de unos y otros se duchaban con agua fría, en invierno y en verano, si no tenían dónde guarecerse durante las faenas del campo.

8. Por no alargar, os recuerdo que, simbólicamente, la vida humana se expresa mediante la metáfora del río, magistralmente definida y glosada en las coplas de Jorge Manrique, en los albores del Renacimiento (copla 5).

9. Por lo demás, termino diciendo que no he conocido a nadie que eche de menos los fríos y calores extremos, las panzadas de hambre con que obsequió la Dictadura franquista a los españoles cuando éramos niños. Quienes la conocimos y hemos vivido o vuelto al país que nos vio nacer, tenemos derecho a reclamar que los responsables políticos nos garanticen aire respirable, agua potable y alimentos naturales consumibles. Y si no quieren o no pueden hacerlo, les pedimos que se dediquen a otra cosa.

10. No somos retrógrados. Simplemente, pensamos que el Progreso debe avanzar en armonía con la Naturaleza, y no a trompicones hacia no se sabe dónde.

¡Larga vida al Rebollar!

 

Coplas ilustrativas

 

Copla 1

Ya no va la niña

Por agua a la fuente;

Ya no tiene novio,

Ya no se divierte.

 

Copla 2

Saca las mulas, Diego,

Llévalas a beber;

Mételas en la cuadra

Y échales de comer.

 

Copla 3

Ya no lo llevan,

Ya lo llevaron,

Y a Villarrubias

Y a comer nabos

 

Copla 4

Cómo quieres que vaya,

Que vaya, vaya,

Con una criba al río

A cribar agua.

 

Copla 5

Nuestras vidas son los ríos

Que van a dar en la mar,

Qu’és el morir;

Allí van los señoríos

A se cavar e consumir.

Allí los ríos caudales,

Allí los otros medianos

E más chicos, allegados son yguales

Los que viven por sus manos

E los ricos.