Una paleta de colores asoma tierna y feliz
a un tiempo inmenso de pincelada azul...
ESENCIA, por Clara Blázquez Sánchez
Trazos entre campos de lavandas.
Prendido a mi,
un oso de trapo
juega en la Fuente del Jardinillo,
come monillas de caramelo.
Torta reciente de aceite y uvas.
“Mi mamá me mima”,
la cartera, a la espalda,
multiplica las tablas cantando.
Olor a tahona
que vuela hasta casa
a la salida de la escuela.
Tardes de girasoles repletos de tiempo,
patines y comba,
pipas crudas
compartidas en la calle.
Risas trepando a un árbol,
hojas de sol y morera
cuidan
un tesoro regalado
en una caja de cartón con agujeros.
Los domingos después del coro,
dos pesetas de anises dulces
en el puesto de chucherías
de los Soportales de la plaza
y un paseo hasta Los Judíos,
en el buen tiempo.
Ilusión interminable
hacia junio feliz, largo, luminoso.
Arena dorada.
Cubos, palas y sombrillas.
Mariposas de mar,
pulseras de algas azuladas.
Farolillos por San Juan.
Viñas y bombos.
Carros y gachas.
Las uvas tintan un mar de cepas.
Seguidillas.
Luz de romería en tractores engalanados
con alma de vendimia.
Lienzos manchegos de López Torres
visten
La Posada de los Portales.
Forjada de esencia
con perfume
de olor a infancia.
Clara Blázquez Sánchez.
28/07/22.
