El
silencio se rompe con el ruido que grita en el parque infantil a los
pies del campanario. Las cigüeñas con su matraca revolotean sobre el
nido viejo, unos retoques a pico y pata y punto. La tarde huele a
incienso y el carnaval de procesiones aligera tambaleando el paso hacia
el recogimiento. La noche se despierta con la serenata de tambores y
carracas extenuadas. A paso lento marcha la soledad.