He
ido a París en avión, repite al ritmo de la música que anuncia la
entrada porque ahora, en las escuelas infantiles, se entra al compás de
una canción. La chispa “pinipón” desfila hacia el aprendizaje lúdico y
la motivación. Otro día de ilusión e inocencia. Y, mientras camina,
insiste entusiasmada con la cantinela.