En
el país del miedo los niños más que jugar al escondite corren a
esconderse. La lleva la sombra oculta entre los amasijos del rencor y
la miseria. Por mi y por todos mis compañeros, grita el eco inocente
agazapado entre los escombros. Después, vuelve el silencio y el
llanto de las sirenas.