En
un mar de aguas tranquilas descansan los reflejos de una selva de
cristal. Luces y sombras suspendidas por alfileres bostezan rayos de
sol. Migrañas de humo matutino empañan ventanales ciegos de neón. Arde
la madrugada y una amalgama multicultural rompe la monotonía del
silencio. La noche despierta.