El
azote del vendaval sacude furioso entre la arboleda. Hoy no pastan
los ganados, el ocre otoñal anuncia otro invierno crudo. Una vereda
infinita serpentea desde el horizonte. Cae el atardecer y el silencio
desaparece con el susurro de la noche. Las estrellas se queman y los
sueños arden entre sus llamas.