LA CASA DE LADRILLO ROJO VISTO, por Santiago Corchete Gonzalo
LA CASA DE LADRILLO ROJO VISTO
Estábamos jugando unos con otros
al juego de los dimes y diretes,
y se nos fue muriendo poco a poco
nuestra capacidad para el asombro.
Murmurando los otros de los unos
todos perdimos todo: la esperanza,
la frágil caridad, el corazón,
y hasta el último abrazo de ayudarnos.
¿Es tarde para todo, y más aún
para allegar remedio a nuestras cuitas?
¿La casa de ladrillo rojo visto
dejó de ser nidal y ya es mortaja?
Santiago Corchete Gonzalo
30 junio 2024