VAYA PESADILLA, por José A. Blanco
La niña bonita, flor de pitiminí, sólo habla en cristiano porque ella es una y quiere seguir siendo única. Dice que se quita el pinganillo del rencor y se va morrito en ristre, o sea, que no juega, el otro lo deja para las acometidas de esa conciencia amarga, el sinvivir y la quedada del cerveceo con la “chupipandi”.
