15 noviembre 2022

DE LA OBRA, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

DE LA OBRA, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

Que la obra tiene las dificultades propias de estas, más alguna más, por su dimensión, por el espacio en que se desarrolla y por todo aquello a lo que afecta, pues es centro clave de tráfico y negocios, además de los vecinos, como todas, está más que claro.

Creo, que ya todos saben que hablo de la avenida de España. Como no soy técnico no sé si el desarrollo de ella es normal o no, lo que no por esto dejo de ver en ella cosas que me llaman la atención. La primera, que una obra con tantas complejidades se esté haciendo con diez peones y ningún oficial, así como que en su proyecto no figurara un garaje en el que se encierran treinta coches, y otras historias ya mitigadas en parte como el dejar sin plazas de aparcamiento a una zona tan cargadas de negocios. Así como que ya se hayan metido más tubos que los figurados también en el proyecto.

Todo esto no es casi una crítica, sino más bien un repaso, el cual es muy posible que se dé en todas las obras, sobre todo en aquellas, que como esta, tienen cierta prisa por estar inauguradas antes de unas elecciones, lo que conlleva a toda su complejidad el añadido de las prisas, que siempre son malas para todo.

Y podríamos decir, que hasta aquí era todo normal, ahora, lo que ya no es tan normal, es que un puente de finales del siglo XVIII y que prestó servicios hasta principios del siglo XX, y por el cual actualmente trascurre aún el regato Torbellique aunque esté soterrado, sea primero taladrarlo de punta a punta para hacer pasar un tubo con el debilitamiento que esto supone para él, y segundo, que dicho tubo haga de pared pantano al paso de las aguas del regato.

Quizá hayan pensado ante el desvarío que el regato ya es inexistente, olvidándose que cuando se produce por su zona una fuerte tormenta aparece, y no precisamente ni chico ni despacio. Como en su día apareció en el centro de especialidades, con tanta suerte de que aún no habían entrado todas las máquinas en el sótano de éste a donde las habían destinado en el proyecto, a pesar de haber sido advertidos de la existencia de este regato, lo cual salvó de pérdidas cuantiosas, aunque no de un nuevo proyecto para situarlas en la parte superior del edificio, con los costes añadidos que esto supuso.

Bien, pues ahí están de nuevo con el regato Torbellique, ahora cerrando su paso. Veremos el día que diga: aquí estoy, dónde va a ir entonces sus aguas, creo que a la zona anterior, es decir, a las casas cercanas, y a crear problemas en la zona de mayor densidad de tráfico, si no se rectifica algo a lo que le falta una explicación lógica.

O ahora nos ponemos a salvar el desatino, o este antes o después no nos salvará de las obras de la obra, y esperemos que al menos no sea en un agosto.