30 junio 2022

SALIR DEL POZO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

SALIR DEL POZO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

Sabido es que la tele divierte, la prensa informa y los libros forman, pero de todo esto lo que ha quedado más patente estos días que hemos sido visitados por tantos jefes de estado a razón de la cumbre de la OTAN en Madrid han sido unas noticias de tinte rosa por parte de la tele, ésta las ha tenido en todos los informativos todo el tiempo, y es que el acontecimiento así lo pedía. Ahora bien, ¿qué nos han dicho?, o mejor, ¿qué hemos visto?, porque decir lo que se dice decir, pues después de todos los pases de todos los días más o menos ha sido esto: el baile que se traían todos para ponerse ante el rey, la belleza de la mesa que reunió a los comensales, los comentarios sobre los vestidos de unas y otras y como cuestión cumbre las zapatillas que han comprado y calzaban las nietas de Biden, contándonos que habían transmitido el beneficioso efecto colateral a la tienda que vendió todas después de contar la tele que las habían comprado las nietas del presidente de Estados Unidos.

Resumiendo, sabemos de la cumbre de la OTAN, cosas de algún vestido, un baile de confusión, una bella mesa de comensales y mucha, mucha zapatilla, es lo que yo podría decir y recordar de todo lo que ha sucedido en Madrid estos días, si más o menos nos atenemos a lo que nos han mostrado en los informativos.

Y me pregunto, ¿tan desarmados, precisamente ahora en tiempos de armas, andan los medios informativos como para elevar a las alturas unas zapatillas en la información de una cumbre? Y por extensión ¿tan desarmados del derecho a una información seria estamos ya los ciudadanos?, pues visto lo visto parece ser que sí. Y ojo con ello, porque esto puede ser el claro preámbulo al populismo, y con ello el cierre de la democracia tal como se concibe.

Una sana y buena democracia tiene que tener un buen y claro periodismo, es una arma principal para defendernos del poder, y el que los periodistas tengan independencia y honestidad para servir al lector una necesidad. Pero después de lo visto, o sea los vestidos, la bonita mesa, el baile y las sacrosantas zapatillas, pues como que carecemos o ya hemos sido despojados del buen periodismo. O sea, ya hemos tocado fondo.

Ahora habrá que ver la hondura del pozo en que estamos, cuál es el grado de indefensión que tenemos ante el poder dada la flojedad informativa, y qué maneras y medios tenemos si es que aún los hay para salir del pozo.


28 junio 2022

MI CUNA, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

MI CUNA, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

Estoy en su regazo, eso sí, amparado en la cima del dique. Pues si de ella salió la vida, y por tanto los humanos, de esto hace ya tanto tiempo que ahora debemos protegernos el uno del otro, por el distanciamiento que existe. Miro a la mar, ella nuestra madre y no entiendo lo que me habla, al tiempo que pienso con tristeza lo lejos, muy lejos, que está esta de reconocerme como hijo.

Allí estoy, mirándola, sintiéndola, y viéndola sin cansarme de su constante constancia en el abatir de sus olas, tan siempre iguales y tan siempre distintas, a sus pies se pasa el tiempo rápido, pues su monotonía no es tal sino que no sé por qué gracia se vuelve distinta, armónica, poderosa y bella. Y yo, una vez más, ante la mar me rindo y paso horas sin más hacer que contemplarla y soñarla soñando.

El sol se inclina y se lleva la tarde, que recostada en ella se resiste a dar paso a la noche. Yo noto fresco, ahora ella brilla más, su espuma creada por las olas blanquea, y siento que tengo que irme también a acostar solo, sin ella, la que fue mi cuna, pero que ya no me vale para cama por la distancia de cientos de años que llevamos separados el uno del otro.

Retorno a tierra ya sin el ruido de las olas que abaten la playa, el que tanto relaja y tanto puede asustar, me alejo de ella como el que sale de su cuna y no tiene ya en tierra a su madre.

Me autoabrazo para tapar mi soledad sin volverme atrás para mirarte, sin saber cuándo será el retorno a tí, mi cuna.


 

26 junio 2022

SABIDURÍA Y ENTREGA (José María Hernández Díaz), por José Luis Puerto

SABIDURÍA Y ENTREGA (José María Hernández Díaz), por José Luis Puerto

Este pasado 24 de junio, festividad de San Juan Bautista, celebración del solsticio de verano, se celebraba en el Aula “Miguel de Unamuno”, dentro del edificio histórico de la Universidad de Salamanca, un hermoso acto académico, al tiempo que protocolario –como corresponde a una universidad con ocho siglos de existencia–, emotivo e intenso.

Estaba dedicado al profesor José María Hernández Díaz, catedrático de de Teoría e Historia de la Educación, en la Facultad de Educación de la Universidad de Salamanca, con motivo de su jubilación a finales de este próximo mes de septiembre, tras más de cuarenta años dedicado a la docencia, a la investigación, a la dirección de tesis doctorales, de revistas universitarias y otras mil actividades que fueron glosadas en el acto.

Presidido por Ricardo Rivero, rector de la universidad salmantina, y con intervención de profesores de la propia facultad de educación, el acto tuvo dos componentes esenciales: la última lección (“ultima lectio”) de José María Hernández Díaz, como manda el protocolo, que versó sobre “La fortuna de enseñar Historia de la Educación”, todo un esbozo lleno de sabiduría, de conocimiento y de sugerencias de perspectivas para el presente y el futuro; y la presentación del libro de homenaje al catedrático homenajeado: Liber amicorum. Homenaje al Profesor José María Hernández Díaz, compendio de trabajos científicos de profesores españoles, europeos, americanos y de otros continentes, así como de textos de amigos y miembros de organismos e instituciones a las que José María Hernández Díaz pertenece.

Un libro coordinado por los profesores Eva García Redondo y Leoncio Vega Gil. Así como otra publicación –Políticas para una educación inclusiva, equitativa y de calidad–, también presentada en el acto, con trabajos científicos sobre distintos aspectos de la ciencia de la pedagogía, realizados por antiguos doctorandos bajo la dirección de José María Hernández Díaz; libro coordinado por los profesores Galo Sánchez y Santiago Esteban Frades.

Pero estoy corriendo el peligro de redactar una mera crónica, cuando lo que de verdad quiero es plasmar la importancia de la labor docente e investigadora, con múltiples derivas, no solo universitarias, sino sociales, nacionales e internacionales, de José María Hernández Díaz, un catedrático universitario que une una excepcional capacidad de trabajo, con un conocimiento y una sabiduría muy honda sobre la educación y su recorrido histórico.

Y, lo que es más importante, un profesor e investigador con una ética de la responsabilidad social muy grande, que entiende que el conocimiento y la formación de los universitarios han de estar encaminados a mejorar la sociedad, a hacer que la educación, en todos los niveles y en todos los órdenes, sea un bien público para toda la ciudadanía.

Ricardo Rivero, el rector de la universidad salmantina, que presidía el acto, evocando el título de Unamuno, aplicado a la labor universitaria de José María Hernández Díaz, hablaba de Amor y pedagogía.

Nosotros, siguiendo con esa estructura gramatical coordinativa, creemos que la cifra que expresa el quehacer y talante de José María Hernández Díaz, es la de sabiduría y entrega.

25 junio 2022

VUELA, por Clara Blázquez Sánchez

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

VUELA, por Clara Blázquez Sánchez

¡Vuela!... me dices y me despliego.
Vuela, pon alas en las palabras.
Vuela un murmullo muy sorprendido.
¡Vuelo!, te digo y abro los sueños.

Vuela la loca, dice la gente,
vuela rozando, recita el viento,
vuela y planea en verso libre,
entre colores del arcoíris,
tañe su vuelo.

Vuela entre copas de árboles, la poesía,
volando en golondrinas va su melena,
sin alas, versan las rimas al vuelo,
Volando las horas dulces, la brisa vuela.

Volando sobre las zarzas, olor a fresas
de las que vuelan entre aleteos,
llena de soles lleva una cesta, vuela que vuela,
flores silvestres ríen en nubes, vuelan y vuelan.

Vuelan los versos en mariposas, último día,
vuelan y cantan entre las ramas, se va
volando la primavera,
vuela mi alma, entre sus brotes Vuelo poemas...

20/06/22

22 junio 2022

ABANDONO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

ABANDONO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

Que las condiciones para que se provocara un fuego catastrófico estaban servidas, tan cierto es como que era sabido esto de antemano, puesto que no se tomaban las precauciones necesarias para evitarlo, ni en contratación de personal en el mes de junio, que hacía más calor que en otros agostos, ni en limpieza del monte durante el año.

Estamos pues, no ante una catástrofe natural, sino más bien ante una dejación de funciones preventivas por parte del presidente de la Junta, el consejero de Medio Ambiente, el director general, y el jefe de Servicio. Que cuando ha sobrevenido el infierno no hubiera en Villardeciervos un retén dedicado a la extinción de incendios, y que no haya previsión de fuegos, es imperdonable y repetitivo después de lo del año pasado en Ávila.

Ahora, donde había una naturaleza bella y exultante, hay tierra quemada, animales heridos y muertos, flora asfixiada, y personas que vivían en un paraíso y se encuentran que les rodea un infierno, lo que hará más imposible tanto el vivir como el tener de qué hacerlo.

Puesto que es un desastre anunciado y denunciado por los técnicos forestales cada año, estamos pues ante una tragedia que pudo ser evitable y no lo fue por la inexplicable inacción de los que están para ello. En estas tierras al oeste del oeste ya tan olvidadas por todos hace que este fuego les sirva de espejo de los problemas que la asfixian a través del fuego exterminador.

Y ahora la pregunta es ¿qué abandono se nos vendrá encima antes: el de las gentes de su tierra, o el de las autoridades que les fallaron?

ANDE YO CALIENTE, por José A. Blanco

ANDE YO CALIENTE
, por José A. Blanco
Gira y gira el chotis chungo, burla burlando, a codazos entre correveidiles periféricos achicando derechos y libertades… A un palmo, ciego de agria ocurrencia, manosea voluntades estampándose contra su propia estupidez y el ojo a la virulé  que inmortaliza el instante hasta que las caras se caigan de vergüenza en el fango o excusa del despilfarro, es decir, donde la envidia y mentira les tienen embarrados.

19 junio 2022

¿ADIÓS A LAS ARMAS?, por José Luis Puerto

¿ADIÓS A LAS ARMAS?, por José Luis Puerto

Tiempos marcados por innumerables incertidumbres, en los que parece que la historia volviera hacia atrás, ¿hacia dónde? ¿Son posibles los retrocesos? Pero ya sabemos, por múltiples ejemplos, que los avances de la historia no son mecánicos ni que, una vez alcanzados, no se puedan perder.

Podríamos abordar el presente, tan complejo y multidireccional, tirando de cualquier hilo, a partir de los que las noticias nos proporcionan, para tomar el pulso a la actualidad.

Tiremos de uno que no deja aparecer en las pantallas y en las páginas de los informativos (si es que aún existen las páginas). Esos tiroteos periódicos e incesantes que, en Estados Unidos, un país donde cualquiera puede hacerse con armas, producen víctimas inocentes (si es que no lo es toda víctima, por el hecho de serlo), es una constante desde hace años en los medios de comunicación.

Al parecer, está recogido en la constitución de ese país el derecho a portar armas. Pero los efectos son desastrosos. No habría más que mirar las cifras de víctimas ocasionadas por esos disparos, de un demente o de alguien que no lo es, en escuelas y centros educativos, en supermercados y centros comerciales o en cualquier otro ámbito en que se concentre la población.

Estos últimos días, en varias ciudades y poblaciones de Estados Unidos, ha habido manifestaciones de ciudadanos y ciudadanas que claman contra las armas, contra el hecho de que se puedan adquirir sin más ni más y de que, por ello, en ocasiones que se reiteran, se puedan disparar contra los demás.

Son voces a las que también se ha sumado el actual presidente norteamericano, Joe Biden, demostrando una sensatez encomiable. Pero no sabemos si tales voces y tales clamores de una parte de la ciudadanía podrán contra esos intereses de la industria armamentística y contra esos “lobbys” o grupos de presión, tan poderosos, que compran voluntades e impiden que los poderes legislativos frenen esa presencia de las armas, tan perniciosa en un país como Estados Unidos, o en cualquier otro país.

Los pacifismos, es verdad, son una constante en el mundo contemporáneo. Y expresan un clamor contra la violencia, contra las armas y contra cualquier recurso que no se base en la concordia y en la fraternidad, como claves para regular la vida social y las relaciones entre las personas.

Da igual que tales pacifismos estén personalizados en figuras como Mahatma Gandhi, que nos decía que “para una persona no violenta, todo el mundo es su familia”, o el filósofo inglés Bertrand Russell, otro significado pacifista y antibelicista; porque todos los pacifismos son pocos y todos ellos tienen como objetivo unas relaciones humanas basadas en la fraternidad y la concordia. Y son pocos, porque los grupos de presión de los negocios armamentísticos son poderosísimos.

Podríamos poner ese anhelo de fraternidad y de concordia al que nos sumamos, con un interrogante al título de la novela ‘Adiós a las armas’, de Ernest Hemingway, fruto de su experiencia en la primera guerra mundial

¿Llegará el momento en que podamos exclamar ‘Adiós a las armas’? Es un logro que estaría a nuestro alcance, si nos lo propusiéramos, o clamáramos por él, como están haciendo todos estos días ciudadanos y ciudadanas de los Estados Unidos.

14 junio 2022

REDONDEO DE VENCEJOS, por Clara Blázquez Sánchez



 

 

 



REDONDEO DE VENCEJOS, por Clara Blázquez Sánchez


Traen el calor...
con el redondeo de su plumaje,
en un vuelo sinuoso, cambiante,
abanican infatigables un lienzo azul
atemporal, para acariciarnos.
Los vencejos,
abren caprichosos el corazón del aire
y bailan, impredecibles, un redondeo
al sereno del viento con sus acrobacias,
sin rozar el suelo.
Posan, la palma de la mano hacia arriba,
tan solo unos instantes, se posan,
mecen a sus crías, que abujardan
levemente la brisa con su torpe gorjeo.
Recitan a la aurora cada segundo, sujetando
un pecho suave para echarlo a volar,
a esculpir poesía, hasta deshilachar
dulcemente el ocaso en la tarde.


¡Hermosos vencejos! Atraviesan con su vuelo la amplitud
del horizonte y se prolonga la estela que dejan a su paso
hasta abarcar las estaciones... con el redondeo de sus alas.


“Han vuelto los vencejos,
los del año pasado,
los de siempre,
los mismos de hace siglos,
los del año que viene”.            
Miguel de Unamuno 1908.

 




13 junio 2022

Preocupación, José Luis Sánchez-Tosal Pérez

Preocupación, José Luis Sánchez-Tosal Pérez

Hablar hoy aquí de unas elecciones, parece ya una inconveniencia y ganas de molestar, pues si ya los cercanos, es eso lo que gran parte siente, no les digo los de otra comunidad. Pero es que estamos a pocos días de que se vote en Andalucía, y verdaderamente la cosa tiene su miga, pues no es que esté en juego solamente quién gana, sino que según quien sea, estará más o menos segura la democracia. Y esto ya es harina de otro costal, pues no es lo mismo que te tomen el pelo y engañen, sino que a mayores de todo esto, te cercenen la libertad, y además todo en nombre de ella, y eso es lo que está en juego.

¿Que por qué nos sucede esto?, ciertamente porque los partidos tradicionales han ido tan lejos en sus engaños, y más lejos aún en sus corruptelas, que han sido ellos mismos el abono necesario para que esto se nos viniera encima. Podríamos con ello decir que merecido se lo tienen, si no fuera que en su castigo los atrapados y a la vez castigados somos todos. Porque qué otra cosa es que pudiéramos volver, aunque de momento sea disfrazado, a las andadas, es decir a la dictadura.

Hablan de los costes por la duplicidad de competencias de los gobiernos regionales, con el fin de hacerlos desaparecer y crear de nuevo una fuerte centralización de inspiración franquista y nos lo venden como una solución, cuando nada más lejos de la realidad, pues fue en la época franquista en la que se institucionalizó por completo la corrupción con un régimen que además era todo lo contrario a un sistema de libertades. Existen ya pruebas de que la dictadura fue un período de plena corrupción institucional, hasta el punto de que su santo y seña más aireado, el de que Franco nos había librado de entrar en la Segunda Guerra Mundial por salvar vidas de españoles, no es más que una gran mentira, como lo han demostrado los documentos oficiales ingleses al ser desclasificados, en los que claramente queda de manifiesto cómo todos los principales y más cercanos generales franquistas a él, fueron uno a uno comprados por el gobierno inglés, para que se manifestaran en contra de entrar en la guerra ante Franco, requisito que les pidió Winston Churchill, este sí, para tratar de salvar vidas.

Y me dirán, ¿y todo esto a cuenta de qué viene?, pues está claro, porque si Vox gana es el camino que tomará, el de una dictadura disfrazada, pues ya fue dicho por Orwell “la próxima vez que vuelva el fascismo lo hará en nombre de la libertad, y parece que camino de poder volver van cogiendo.

No es hora por tanto de estar dormidos, y sí la de ver claro la que se avecina, si de nuevo Vox obtiene el apoyo suficiente si no para estar gobernando, si formando parte de éste e influyendo para la elaboración de leyes antiliberales. Que los partidos han dado más razones de las convenientes para ser rechazados, es tan cierto como que de dar este otro paso es tratar de salir del socavón tirándonos a un precipicio.

Y en estas estamos, en vísperas de las elecciones andaluzas, con un Vox al acecho y un PP que no es de fiar, porque se pudieran entregar a ellos.

Ante esto, preocupación, mucha preocupación.

12 junio 2022

¿CONVIVIR CON LAS LACRAS?, por José Luis Puerto

Estos días está sobre el tapete de la actualidad el asunto de la prostitución, una de las lacras humanas con las que convivimos como si no existiera, como si no fuera con nosotros, como si fuera lo más normal del mundo. ¿Lo es? Ni mucho menos. Pero parece darnos secularmente igual.

Pero, como toda lacra humana, la prostitución no puede abolirse por decreto ley. Como tampoco puede abolirse por decreto ley ninguna de las lacras –porque no son pocas las que en nuestro presente existen– con las que convivimos también como si tal cosa.

Estamos, claro está, por la abolición de la prostitución, la femenina, la que sea. Y, en este sentido, nos parece positivo que, desde los poderes públicos y desde el parlamento se legisle en ese sentido. Como también nos parece importante que tales poderes velen por el rescate de las mujeres prostituidas, que no prostitutas.

Porque, en esto, como en casi todo lo que significa y supone menoscabo humano, la desgracia se ceba y cae siempre en los eslabones más débiles. Esas mujeres inmigrantes, esas mujeres que acuden al primer mundo engañadas, prometiéndoles el oro y el moro, para terminar cayendo en redes que las convierten en mercancías y que obtienen beneficio de su esclavitud y de su desdicha.

Porque la prostitución es una forma contemporánea –secular también, si se quiere– de esclavitud. Y, como ocurre con toda esclavitud, es la conciencia social, más allá de las leyes y de los buenos deseos, la que puede erradicarla. Si la sociedad no está madura para tal abolición, no desaparece, por mucho que se legisle en tal dirección.

Cuando el sexo se convierte en mercancía, en negocio, en dominio, algo de lo esencial humano está siendo cuestionado, está fallando. Porque entonces estamos animalizando las relaciones físicas humanas y las estamos desposeyendo de algo que les da sentido y las dignifica: el amor, los afectos, las querencias, las apuestas por el otro y por los otros.

Al igual que la esclavitud ha sido abolida por la historia –pese a que sigan existiendo, desdichadamente, tantas formas de esclavitud en nuestro presente–, también la prostitución, todas las formas de prostitución, han de ser erradicadas de las prácticas humanas y de nuestra propia conciencia.

Una de las mayores conquistas de la modernidad europea –ay, si la tuviéramos más en cuenta y más presente– es la de la dignidad, que pusieran sobre el tapete de la historia los humanistas, a través de un enunciado que es clave y que habría se funcionar como una brújula esencial y nítida: todo ser humano, por el hecho de serlo, es sujeto de dignidad.

Y tal principio habría de ser la guía que nos llevara a erradicar todas las lacras con las que convivimos como si tal cosa: la prostitución, todas las formas de prostitución; el racismo y la xenofobia (ese odio visceral, por ejemplo, hacia los llamados ‘menas’ o hacia cualquier inmigrante) y otras muchas lacras que tenemos ahí sin resolver.

Porque lacras, al fin y al cabo, son los salarios ínfimos que impiden salir a quienes los sufren de la pobreza; o los alquileres caros, que provocan el mismo efecto. Y ponemos solamente unos ejemplos que están ahí y frente a los que no reaccionamos. Y a los que vemos como si tal cosa, como lo más normal del mundo.

Solo esa conciencia clara, que habría de ser transmitida a la ciudadanía desde los ámbitos familiar y educativo, podría ser el impulso que nos llevara a ir erradicando, aboliendo (que es el término estos días utilizado), tantas y tantas lacras que impiden que la vida de todos sea más digna.

06 junio 2022

FELIZMENTE PERDIDO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

FELIZMENTE PERDIDO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

Estoy ante la hoja en blanco deseando escribir en ella, pero no teniendo una idea clara sobre qué, si tratar de temas sociales, aunque sean tan necesarios de ser tratados como cansino el hacerlo. Me paro y releo a salto poemas de Walt Whitman, uno en un renglón dice así: “Mi voz persigue aquello que mis ojos no alcanzan” y entonces pienso, eso es lo que intento al escribir, eso es de lo que hoy me gustaría hablar, pero cómo saber hacerlo. Cómo decir para hacer sentir, cómo sentir para saber decir, no, no es fácil, sin embargo es lo necesario para que lo escrito por uno tenga validez para los otros, y así y por esto para uno mismo.

Y llegando aquí, ¿dónde estoy hoy metido?, ¿dónde voy a ir a parar? Y con ello ¿a dónde les llevaré?, me da que escrito lo escrito, a todas y a ninguna parte, puesto que mi voz va persiguiendo aquello que mis ojos no alcanzan, y que esto no está claro que se logre.

Estamos pues ante unas parrafadas sin sentido, o hemos llegado a la línea que se descubre que nada tiene sentido, al tiempo que todo está cargado de él. Estamos pues ante una tiniebla llena de luces que son el vivir, y como me dice de nuevo Walt Whitman Yo soy aquel que camina por la noche tierna y fecunda, invoco a la tierra y el mar que la noche abraza”.

Me siento tan lleno de ansias vitales, como perdido en las nieblas que las quiero realizar. Sé que las busco tanto como las amo, y que no sé más, ni de ellas ni de mí ni de los demás.

Lo que no evita -a pesar de la ausencia eterna de un hijo- que tanto en las ciudades, como en los bosques, mares y ríos, y entre los demás que vivo me encuentre felizmente perdido.

05 junio 2022

CANTO, por Clara Blázquez Sánchez


 

 

 

 

 

 

CANTO, por Clara Blázquez Sánchez

Te paseas por el borde

de espacios con forjado de flores,

haces tuya la brisa leve

que canta paz

y acaricia los pétalos del alma.


Tira los versos,

¡Tíralos!


Tira todos los versos

que no encajen en la cimbra de madera

que forma la curvatura del arco

con sencilla rima y pulso entre sus dovelas.


Ama, mima, talla. Sin argamasa

coloca la clave con sumo cuidado,

la última estrofa sin ornamento, que cierre y abra

el alma con belleza de medio punto.

 

Forma parte (no importa) como última pieza

de una gran arcada que respira, entrelazada a hueso

con manos que llenen de sentido el verso de la vida.



Borda el aire con ovillo de luz azul, el calado de hiladas

de un jardín de alma vertical, que florece

en cuerdas de granito soleadas.



“luz ascendente, hoy brillas en mi mañana,

cruzas y construyes la vaguada… con agua para pájaros.”





LAS TIRANÍAS DE LO DIGITAL, por José Luis Puerto

LAS TIRANÍAS DE LO DIGITAL, por José Luis Puerto

Nunca hay direcciones únicas, ni prácticas humanas únicas. Nada, en lo que atañe al ser humano, es unidireccional. Pese a que en nuestro presente –y ya desde hace años, acentuándose cada vez más esta tendencia, no elegida, sino en buena medida impuesta– se nos lleve a todos por el callejón de lo digital, eliminando esa cultura que nos gusta llamar de la presencia, para sustituirlo por otra cultura que, en el fondo, es la del aislamiento y la de la desaparición.

Es muy significativa, en este sentido, una fotografía que hemos visto hace poco, acaso en un cartel de estación del metro, en la que, en un banco, aparecen sentadas varias personas, incomunicadas entre sí, pero atentos todos a un móvil que ante sí tienen y que pareciera traerles mensajes de no sé qué más allá.

Pero ¿todo el mundo –como nos hacen creer– está conectado con lo digital y lo domina? No es verdad. Si lo miráramos bien y alguien nos lo pudiera decir de un modo fidedigno, descubriríamos que hay no pocos segmentos, de distintos tipos, de la sociedad, que están fuera de esa lógica.

Una lógica, la de lo digital, que es, también, la de la desaparición de lo humano, por la máquina, por la inteligencia artificial, por la de los parciales algoritmos (según los intereses de quiénes los programen y para qué), en definitiva, por el vacío.

No hay caminos unidireccionales en cualquier momento de la vida del ser humano, como parece hoy querer imponernos la tiranía de lo digital. Decía Claude Lévi-Strauss, creemos que en El pensamiento salvaje, que, en cualquier momento de la humanidad, hay diversos estratos de civilización, que van de lo más primitivo hasta lo más moderno. Y cualquier sociedad habría de tener en cuenta la existencia de tales estratos, para favorecer la integración de todos ellos en el cuerpo social.

Estos días, ha saltado a la actualidad –debido a una disposición del gobierno– que, cuando llamemos por teléfono para solucionar algún problema con esas empresas que nos abastecen, o realizar alguna consulta, habremos de poder exigir que mantengamos la conversación, no con un autómata, para terminar colgando sin solucionar nada, sino con un ser humano al que podamos interpelar.

Hace ya unos meses, la profesora del Instituto de Microelectrónica de una universidad catalana, Neus Sabaté, en alguna entrevista que le hacían en un periódico, indicaba algo muy sabio y de sentido común, y más cuando es dicho por una especialista en esta revolución digital, si es que así puede denominarse a tales cambios (¿por qué no poder decir ‘involución digital’?): “Hay que dejar el silicio, el vidrio y otros sustratos y trabajar en papel”.

Que es como decir que hay que recuperar la lentitud, la tradición consolidada y no paralizante que comenzamos a vivir desde el arranque de la modernidad. Que es como decir que hay que recuperar la cultura de la presencia, de la comunicación de unos seres humanos con otros; lejos de esos desesperantes autómatas programados que nos desesperan cuando hemos de resolver algún problema por vía telefónica.

Recuperar esa cultura de la presencia, que poderes y sectores interesados de todo el mundo están haciendo que perdamos, arreándonos como a las bestias.







01 junio 2022

ÚLTIMA TRAVESÍA, por José A. Blanco

ÚLTIMA TRAVESÍA, por José A. Blanco
 
Oculto en el acantilado observa como las olas rompen a latigazos contra las rocas. De la tarde queda la marea que sube para ahogar sueños. El destino siempre se ceba con los más humildes hasta dejarnos huérfanos de dignidad, pensó una vez encaramado en el miedo. En la balsa no hay espacio para más crueldad. Un niño llora en los brazos de su madre mientras ruge despiadado el mar ajeno a llantos, sobresaltos y miserias. De madrugada un frágil cuerpo inocente yace inerte en la playa y el mundo se estremece.