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13 marzo 2023

DE MALLADAS, DE SU CRIMEN Y SU HISTORIA, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

DE MALLADAS, DE SU CRIMEN Y SU HISTORIA, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

De eso va el libro de Luis Roso que había visto en el escaparate de la librería Érase una vez, y me llamó la atención por la relación de mi abuelo con Malladas. Pero mi desafección hacia las novelas de crímenes llenas de misterios extraños y fuera del vivir diario me retrajo de entrar a comprarla, a pesar de la relación familiar con el lugar.

Después me enteré de que se iba a hacer la presentación del libro aquí en Ciudad Rodrigo, cosa que aproveché para acercarme, y con la intención de enterarme de qué va y así quizá evito tener que leerlo.

Allí sé por primera vez de la historia del crimen de Malladas, y de la infamia cometida con los que no lo cometieron, cuestión esta que es la trama y asunto principal del libro.

Terminó la presentación y llevado por saber más de esa infamia, y de por qué nunca la mencionó en casa mi madre llego a la conclusión de que la ignoraba, ¿pero y mi abuelo, que los llevó y vivió allí acto seguido del suceso? Compro el libro, lo hice, justo es reconocerlo, desde el desagrado a ese tipo de literatura policíaco criminal, pero atraído ya por lo contado en la presentación, aunque aún temiendo que me lo tenga que tragar, para saber del lugar que habitó mi madre en su niñez y del que tanto hablaba.

En casa, encontrado el día y el momento, me dispongo a hacer el esfuerzo de leerlo. Pues bien, no había terminado ni tan siquiera entera la primera página, y mi preocupación pasó a ser otra, ahora era la de cómo me las iba a arreglar para no moverme hasta acabarlo. Ciertamente acerté, pues contiene oro. El estilo y la facilidad con que se lee, la forma de contar el horrible crimen, los enlaces con los poderes que lo deforman, hasta cometer una infamia aún mayor que el crimen, con los falsos culpables que crean, -ay el poder… siempre tan sucio y feo- me atrapó.

Por el libro circula toda la historia de toda la mitad del siglo XX española extendiéndose hasta el final de este, con los poderosos personajes del momento, y la relación que todos llegaron a tener, empezando por los caciques locales y provinciales, así como la crema social de Madrid, y los máximos responsables políticos, hasta llegar al rey, sin que dejasen de entrar en el suceso también los partidos políticos, los agentes sociales, sindicatos, y las más destacadas feministas del momento, así como los intelectuales, y entre ellos Unamuno del que Luis Roso nos cuenta su posicionamiento y hacer sobre el crimen.

¿Cómo un suceso, desde un apartado rincón de la apartada Moraleja, en aquella España en que las noticias a lugares cercanos tardaban días o no llegaban, llegó a epicentro de España, es decir a Madrid y por extensión a todo el país, eso sí con los hechos muy deformados, es los que nos cuenta el autor, sus porqués, los cómos, y los quienes? Lo hace de una manera magistral, haciendo que todo lo intrincado de los procesos judiciales y de las tramas resulte fácil, comprensible y visible. De esta manera, nos entrega quizá la más completa imagen histórica que de nuestro siglo XX podamos tener, por lo que yo me atrevo a recomendarles que lo lean, pues merece la pena, se encontrarán con un libro que no es novela ni deja de serlo, y de cómo trataron de borrar la historia que una vez contada por Luis Roso es la mejor historia de aquella época, así como la de un crimen que los que por él pagaron no eran los criminales, y lo que es aún peor, no dejaron de serlo hasta nuestros días, en el que este libro lleno de trabajo, humanidad y justicia lo ha hecho.

En mí además ha hecho más, pues me ha quitado el prejuicio sobre la novela policíaca, la cual al fin y al cabo lo que hace es narrar sucesos graves y sorprendentes para los sujetos que los padecen, y si no lean El crimen de Malladas, con su narración de sentencias y decisiones políticas injustas para las personas que las sufrieron y salvación de los verdaderos culpables. Y que bien nos sitúan, más si como en este caso son reales e históricas, en el mundo que sucedieron, y en los hechos cotidianos y “normales” del día a día. Además a mí no sólo eso, además me ha llevado a hacerme preguntas personales con respecto al lugar de Malladas, puesto que casi acto seguido de los crímenes, llegó a él mi abuelo con su único hijo y sus cinco hijas, todas pequeñísimas, que trajo al mundo. También a despertarme remordimientos por no haber atendido el deseo de mi madre ya en los finales de su vida, cuando me pidió que la llevara a Malladas, con lo que no sólo habría satisfecho su deseo, sino que ahora podría tener una idea mejor de lo que significaba y fue el lugar para ella. Pero todo esto, y del por qué mi abuelo abandonó Malladas al estallar la guerra es otra historia que no forma parte de la historia que hoy nos ocupa, puesto nada tiene que ver en lo que hoy ponemos nuestra atención, que es el libro, en el que no se narra como historia ni deja de hacerlo, para contar la mejor historia de nuestra España del siglo XX. Y el que al leerlo no dejarán de vivirla, pues es lo que se hace leyéndolo, y hagan como él, no se centren en las truculencias del crimen, que las tuvo y grandes, sino en ver la mejor foto de aquel tiempo, y con el ajuste de cuentas con la verdad, como el mismo autor de El crimen de Malladas nos dice que pretende.

No quiero acabar sin dejar de hacerme estas preguntas: ¿Qué es lo que realmente promovió al abogado Manuel Telo, a pesar de las inconveniencias y persecuciones personales que a él le trajo, para que hasta el final de sus días, ser el único que persistió y luchó por el esclarecimiento de la verdad y la libertad de esos pobres desamparados y condenados injustamente? ¿Su ego personal que no dio su su brazo a torcer, o la piedad por ellos, y el amor y las ansias de justicia? Así como también me pregunto, ¿y hasta cuando Emilio Herreros, abogado acusador del proceso y diputado en aquel entonces por Coria en la Diputación de Cáceres, a la vez que su presidente, así como el director del diario El Bloque, en la que se publicó una crónica que fue una obra maestra de desinformación del crimen de Malladas, hechos de los que él tenía clarísima conciencia de que eran mentira y la promovió, a sabiendas de la inocencia de los hombres acusados del crimen, va a seguir teniendo a su nombre una calle en Cáceres?

Termino ya dicho esto, no sin poder agradecer a Luis Roso el esfuerzo de investigación tan enorme hecho para llevar a cabo el esclarecimiento del suceso, que es tan de justicia como injusto fue lo sucedido, y que de su mano queda en cierta medida resarcidos los condenados y ofendidos, por la justicia y todos aquellos que formaban el feo entramado social de esta histórica historia de nuestra España del siglo XX.

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