QUÉ HACER O EN QUIÉN CREER, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
Sabemos que en los sitios más hermosos a veces ocurren devastaciones horribles, y que pasado un tiempo allí vuelven a crecer rosales, como si los hechos nunca hubieran existido. Lo que no sabíamos quizá, es que mientras estos sucedieron, como hoy nos sucede en un lugar tan emblemático y tan nuestro, por nuestras raíces cristianas, podía pasar en sus días más gloriosos esa devastación tan brutal, mientras suenan al mismo compás en nuestras calles, televisiones y casas villancicos idílicos.
Hoy, vísperas de los Santos Inocentes, desconocemos el número de niños que están entre los escombros que producen las bombas enviadas desde el lugar en que dicen nació Jesús, y que esta misma noche han volado al compás de los sonidos musicales navideños. Realmente es como para no asomar al mundo, que vive en su girar tan indiferente como lo hace la luna en noches tan trágicas como la de hoy.
Ante el panorama no tengo capacidad de reacción, sólo me estoy quieto en casa, aguantando un silencio mentiroso que me aísla del bullicio callejero festivo sin alma y sin sentido, y bajo el cual siento los ruidos de las bombas.
Pero cuando salgo de esta inmovilidad me pregunto: ¿qué hacer, a dónde ir, en qué o a quién creer para poder seguir viviendo?