30 agosto 2024

EN AGUAS TAN SUCIAS, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

EN AGUAS TAN SUCIAS, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José Luis Sánchez-Tosal Pérez
EN AGUAS TAN SUCIAS, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

Ya ha sido denunciado públicamente por ASENAVIS, pero de nuevo hoy viernes baja el río con esa fea y sucia espumilla que no hay fin de semana que no aparezca.

De agradecer es a esta asociación que haga análisis y nos cuente lo que al o le vierten, a la vez que triste muy triste que sea desde fuera de las instituciones quienes cubren el cometido que estas tenían que hacer. Y puesto que lo de la suciedad es repetitivo, me pregunto donde está la dificultad de localizar el foco causante y a su responsable. O también están esperando a que sea un particular quien averigüe y denuncie.

No les parece a todos Vds. que ya es hora de actuar, por parte del Ayuntamiento y de la Confederación y quien más corresponda, y no estar haciendo de Pilatos, lavándose las manos en aguas tan sucias.

28 agosto 2024

FIESTA DE CUMPLEAÑOS, por José A. Blanco

FIESTA DE CUMPLEAÑOS, por José A. Blanco - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo
José A. Blanco
FIESTA DE CUMPLEAÑOS, por José A. Blanco
 
Flores  en el jardín. Girasoles  y margaritas  con luces de  inocencia  dibujan destellos de ingenio y felicidad. Tréboles de cuatro hojas. Desde el soporte del tiempo observo ese puntillismo infantil. Tanta imaginación como poesía. Una obra maestra. En la paleta no queda pigmento para mezclar.
A la niña de mis ojos.

26 agosto 2024

VER Y SENTIR, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

VER Y SENTIR, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José Luis Sánchez-Tosal Pérez
VER Y SENTIR, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

    Hace un fresco tan limpio y natural esta última tarde que estamos en la Sierra de Francia, que parece como si nada estuviera sucediendo con el cambio climático. Esto crea aún más nostalgia, de la que ya provoca el pasar de los años, y que se siempre se reanima aún más cuando es un fin de ciclo veraniego, como lo es el dejar la casa de verano para volver a la residencia habitual, aunque ahora climatológicamente el verano se prolongue mucho más.

    Sentado en el parque, veo irse la luz de la tarde al encuentro con la noche, lo hace con lentitud y de manera plácida, como si no quisiera hacer notar su pronta ausencia. Por cierto ¿quién sabe cuándo se hace de noche y de día? Mientras, yo miro sintiendo el entorno, en él, ahora los pájaros montan el último alboroto del día, ese que provocan al aposentarse en el sitio donde dormitan. Las chicharras compiten en griterío con los niños, mientras sus madres pasean relajadas el parque, y noto que al entorno este año sólo le ha faltado la presencia de las luciérnagas que siempre había en los paredones, y a las que según mis amigos los ecologistas de Asenavis el cambio climatológico las está diezmando.

    Como decía al comienzo lo que no falta es la nostalgia de sentir el fin de los días de verano, y con ello el pasar del tiempo, ese que es el único valor real que tenemos, y que a cierta edad corre ante nosotros como agua por corriente descendiente.

    Mientras los árboles se acunan en y con el aire, los chavales siguen correteando incansables, las madres no para de hablar entre ellas y los viejos del lugar están callados y sentados juntos en un banco mirando al infinito.

    Llegan los ruidos del pueblo cercano que le toca estar de fiesta, mientras la luz se va y ya no es posible leer, cuando a mí me gustaría hacer eterno el estar en este momento pues ya me desasosiega el pensar que mañana tendré que dedicar gran parte del día a recoger y cargar en la furgo todo lo que se necesita para estar en otra casa, y lo que más me apena es que devolveré a mis nietos a sus padres, cosa que ellos están ya deseando. Han crecido y enguapado, como sólo se hace en esos años de infancia, mientras me consuelo con saber que una vez más les hemos dado un verano feliz y me encojo al pensar cuántos más podremos hacerlo.

    Estoy ya en el crepúsculo y el parque se queda ya casi sin ruidos, y tanto él como yo más solos. De su soledad no sé qué decir, de la mía, es que esta noche es tan nostálgica como feliz, y al mismo tiempo inquieta por saber que mañana será ya un año menos de estar en la vida, y uno más de levantar el campamento de la placidez que vivo en este Sequeros ya muy mío en el que he gozado en estos días haciendo nada más y nada menos que ver y sentir.

25 agosto 2024

LA PERMANENCIA DEL LIBRO, por José Luis Puerto

LA PERMANENCIA DEL LIBRO, por José Luis Puerto - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José Luis Puerto
LA PERMANENCIA DEL LIBRO, por José Luis Puerto

    Donde menos se espera, salta la liebre. El último Martes Mayor de Ciudad Rodrigo, en el que culmina ese mercado semanal, a lo largo del año, por la gran afluencia de gentes (verano, vacaciones de los emigrantes, turistas…), entre los muchos puestecillos que se ponen, me encontré uno, en la calle Madrid, que causaría mi sorpresa.

    Un joven se encontraba ante un puestecillo de libros, que, tal como enseguida percibí, eran muy especiales. De unos –‘Vicio’, ‘El ángulo muerto de la razón’–, era él mismo el autor: Sergio Lozano Mateos; y, de otros, el editor, bajo el sello de ‘editorialgradiente’.

    Una sorpresa más, pensé enseguida, de las que los jóvenes nos proporcionan. Frente a la desvalorización que les dedican no pocos adultos, los jóvenes y seres de la primera madurez son, en su mayor parte, responsables y continúan con la labor de los adultos.

    Es el caso –que traigo a esta columna a colación– de Sergio Lozano Mateos y su ‘editorialgradiente’. Una persona joven, en los primeros años de su madurez, que, en este tiempo tan incierto y en el que muchos convierten el libro (y todo lo que implica en nuestra historia y nuestra cultura) en un náufrago, cuando no ya en un agonizante, a punto de llegarle las exequias.

    No voy a juzgar ahora las dos obras que más arriba citaba de Sergio Mateo Lozano. Es tarea que corresponderá a la crítica, a ese crítico –siempre habrá alguno– que las lea y las sepa enjuiciar.

    Pero sí quiero traer a colación algunas de las obras que ha editado y que el pasado Martes Mayor, en Ciudad Rodrigo, tenía sobre la mesa de su puestecillo. Había una obra (la ‘Segunda Celestina’, del mirobrigense Feliciano de Silva), bien conocida en la literatura clásica española, que es, indudablemente, un guiño a la ciudad, a la propia Ciudad Rodrigo.

    Pero también ha editado al bohemio, bien conocido gracias a la genial ‘Luces de bohemia’ de Ramón del Valle-Inclán, Alejandro Sawa (en la obra valle-inclanesca, Max Estrella) y, en concreto, su obra, de tan significativo título, ‘Declaración de un vencido’.

    No faltaba ‘Niebla’, de Unamuno, ya que, hace muy poco, acaban de vencer los derechos de autor de este genial vasco-salmantino del 98. Ni ‘Los cuatro jinetes del Apocalipsis’, de Blasco Ibáñez; o ‘La Gaviota’, de Fernán Caballero. Entre otros libros editados por Sergio Mateo Lozano.

    Un gusto ecléctico y tendente a rescatar, o reeditar, valores seguros del pasado; aunque no todos del mismo interés, ni de la misma altura y permanencia, como podrá fácilmente advertirse.

    Me llamó la atención la presencia de una obra que conocía, ‘El Anacronópete’, de Enrique Gaspar y Rimbau (1842-1902), una obra de culto, conocida por pocos, perteneciente al género de la llamada ciencia ficción y que utiliza una máquina del tiempo, en la misma época en que tal artilugio fuera ideado, entre otros, por H. G. Wells, autor de una obra justamente así titulada ‘La máquina del tiempo’ (1895), de la que nuestro ‘anacronópete’ Enrique Gaspar sería, sin duda, deudor.

    ‘editorialgradiente’, de Sergio Mateo Lozano, es la última aventura editorial y libresca con la que me he topado, una mañana de agosto en Ciudad Rodrigo. ‘Gradiente’, que es lo mismo que declive, pendiente, inclinación, declividad… Una nueva (y vieja) aventura de los libros, que merecería la pena seguir y apoyar.

    Pues, donde menos se espera, salta la liebre. Y la cultura, afortunadamente, sigue fluyendo, por donde menos nos pensamos.

23 agosto 2024

VEN..., por Santiago Corchete Gonzalo

VEN..., por Santiago Corchete Gonzalo - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

Santiago Corchete Gonzalo


 

 

 

 

 

VEN..., por Santiago Corchete Gonzalo


     Vayamos a la orilla, ven
para cegar los ojos de horizontes
con pájaros de música e inocencia.

    Vivamos en el verbo compartir,
aunque ya no seamos rompeolas
ni capaces de ser de nuevo origen.

     Quienes hemos buscado la verdad
no moriremos nunca, por haber
ganado la victoria del empate.

   ...Venid hasta la orilla a prolongar
con los brazos unidos por las manos,
la cadena de la supervivencia.

22 agosto 2024

SEAMOS DIGNOS ACTORES, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

SEAMOS DIGNOS ACTORES, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José Luis Sánchez-Tosal Pérez
SEAMOS DIGNOS ACTORES, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

En estos días de diverteatro, hay en los pueblos nuestros, del Rebollar y norte de Extremadura, esos que tanto nos han dado a Ciudad Rodrigo, un drama que ríete tu de los teatrales.

Se trata de la resistencia y lucha de los ciudadanos más avisados de esos lugares contra el gigante de turno, la minería, que está haciendo catas, para la localización de litio y el coltán, que parece ser albergan las tierras de estos lugares para su desgracia. Y sí, digo desgracia, porque su extracción no hay duda traerá beneficios para las empresas mineras, eso sí, a cambio de dejar donde había bosques unos socavones de varios kilómetros de largo y ancho, con hasta trescientos metros de profundidad. Se provocarán enormes explosiones de roca, que traerán nubes de polvo tóxico, acompañadas de vibraciones que afectarán a las viviendas cercanas, así como ruidos para todo el entorno, y allí donde había bosques y belleza quedarán enormes y horribles socavones. Esto, reventará los acuíferos aguas arriba y abajo, y se consumirán millones de metros cúbicos de agua en la explotación. La empresa, de llevarse el proyecto adelante dejará una balsa de lixiviados de productos tóxicos que en caso de desbordarse contaminarán los abastecimientos de aguas.

Ciertamente este panorama no es nada bueno para esos pueblos del norte extremeño y del Rebollar, todos dentro de la que se ha tenido siempre como Tierra de Ciudad Rodrigo, razón ya de por sí sola para que desde nuestra Miróbriga no estuviéramos como estamos, prácticamente ajenos al problema. Pero ojo, que no es sólo eso, sino que la contaminación de acuíferos llegará al Águeda, y esto traerá consigo que a nosotros nos vendrá el agua envenenada, lo cual creo que es un motivo suficiente para que nos pongamos las pilas y nos plantemos ante un proyecto que puede arruinarnos nuestro río.

Esto es lo cierto del melodrama, que no es teatral sino real, que al empezar este artículo estamos viviendo, y que dados los daños que nos puede traer, sería más que suficiente para que los medios se ocuparan de ello, pero mira por donde -¿por qué será?-, están desaparecidos con la excepción de Noticias Ciudad Rodrigo. Y es que ya es sabido, que cada vez es más difícil encontrar un periodismo auténtico, y cada vez más normal su sumisión al poder político y económico.

Por tanto, ahora como siempre, que hay intereses fuertes, estamos solos ante el poder económico destructor, en este caso el de nuestro hábitat, y sólo nosotros mismos, no dejando aislados a los que están dando la cara, podremos salvarnos de las manos de la especulación ciega y salvaje que se nos ha venido encima.

Seamos pues dignos actores de este drama estos días de tanto teatro que se desarrolla en vivo y en directo en nuestras tierras, y luchemos por nuestro hábitat, apoyando a las plataformas que intentan plantar cara en esos pueblos de la Tierra de Ciudad Rodrigo y de nuestro río Águeda.

21 agosto 2024

AGOSTO, por José A. Blanco

AGOSTO, por José A. Blanco - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo
José A. Blanco
AGOSTO
, por José A. Blanco
 
    Bajo la higuera fresca, más que ver, imagino cosas. Pueblos en fiestas con las plazas, hoy de la Constitución, engalanadas. Escenarios de vitalidad cultural y revoltijo de niños garabateando  calles. Mes de remoce y reencuentro. Después, la crudeza del invierno, más que por frío, por soledad.

19 agosto 2024

MÁS QUE POCO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

- Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José Luis Sánchez-Tosal Pérez
MÁS QUE POCO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

El trajín juvenil de estas fechas no es del todo inocente. Y digo esto, porque a nuestra casa serrana, ubicada en un lugar privilegiado del pueblo, entre la plaza y el parque, tiene el inconveniente de que es el paso de la juventud, a la que en estos días de fiesta las cervezas les calienta las cabezas, y eso pienso es lo que ha hecho que no se hayan conformado sólo con la gracieta de llamar a la puerta sino que la hayan destrozado.

Para que el seguro se haga cargo, tengo que poner denuncia en el cuartel de la Guardia Civil, cuyo puesto de la Sierra se encuentra en La Alberca. Lo hago un poco contra mi criterio, pues pienso que las cosas de los chavales del pueblo hay que arreglarlas entre los vecinos, pero como desconozco los autores no me queda otra que denunciar para que el seguro se haga cargo.

Una vez en la comandancia, me dicen que están sobrepasados este mes de agosto, en lo que los pueblos de la Sierra están llenos de gente, lo que trae más incidencias. Me intereso por la situación de la comandancia de La Alberca preguntando cuántos son: me responden que diez, pero que precisamente este mes cinco han cogido vacaciones, y no han sido sustituidos por nadie. Sigo interesándome y pregunto a cuántos pueblos dan servicio, y me comentan que a dieciocho. Es decir, que son en teoría cinco guardias para dieciocho pueblos, y digo en teoría porque si tenemos en cuenta que dos están siempre a los toros nuestros de cada día en alguno de estos pueblos, ya sólo nos quedan tres, pero como uno está de guardia en la comandancia, resulta que este mes de agosto muchos días tenemos sólo dos guardias civiles para patrullar los dieciocho pueblos.

¿No les parece a los responsables del servicio más que poco, dos guardias para toda la Sierra de Francia en agosto?

18 agosto 2024

CONOCER EL ORIGEN, por José Luis Puerto

CONOCER EL ORIGEN, por José Luis Puerto - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José Luis Puerto
CONOCER EL ORIGEN, por José Luis Puerto

    Las músicas nocturnas hasta casi la madrugada, que preludian las fiestas patronales de mi lugar, me desvelan. Los desaforados decibelios, sin norma ni respeto de ningún tipo, se han propuesto no respetar ni el sueño de ancianos, niños, enfermos ni gentes que habrán de madrugar para acudir a sus trabajos.

    Y esto ocurre, supongo, en todas las fiestas de los pueblos de aquí y de allá, de esta y de aquella comarca. Los españoles somos –según los estudios sociológicos, que, en ocasiones se resuelven en reportajes que lanzan diversos medios de comunicación– uno de los pueblos más ruidosos del mundo. Y así nos luce el pelo.

    ¿Qué antídotos poner en práctica cuando los desaforados decibelios nos desvelan? Acudimos a la estantería de nuestra buhardilla y sacamos una humilde pero iluminadora edición del ‘Tao Te King’, de Lao Tse. Es, de las que tenemos en nuestra biblioteca, la que más nos gusta. La tenemos anotada y subrayada. Está traducida por Ramón Hervás y publicada en Barcelona en 1989.

    Dice el texto XIV: “Conocer lo que es el origen / es asir el punto nodal del Tao”. Este mismo verano, a lo largo de no pocos días, hemos descendido hasta esa comarca salmantina tan enigmática como es La Huebra y hemos tratado de hurgar en el origen, en San Muñoz, en La Sagrada. Y hemos charlado con campesinos y campesinas que no han roto esa vinculación con la raíz, con la tierra, con el alma que en ella subyace, y hemos tratado de tomarle el pulso a lo humano antiguo, a lo humano que perdura, a lo humano en peligro de desaparecer.

    ué consuelo. Qué antídoto, frente a este ruido discotequero e irracional, que degrada al ser humano hasta llevarlo a las costas de la insignificancia.

    Pero ¿por qué ese interés en el conocimiento del mundo del origen, del ámbito de la raíz? Siempre hemos realizado tal viaje, ya desde nuestra juventud, y de modo consciente, aunque cambiante –pero constante al tiempo– a lo largo de nuestro itinerario vital, porque hemos intuido que tal itinerario no es otra cosa que la búsqueda de la sacralidad del ser humano y del mundo

    El texto XVI del ‘Libro del Tao’ nos da, a la pregunta que nos formulamos, una respuesta hermosa, iluminadora y profunda, cuando nos indica, en una sucesión de encadenamientos: “Volver a la raíz es instalarse en la quietud; / instalarse en la quietud es reencontrar el orden; / reencontrar el orden es conocer lo constante; / conocer lo constante es la iluminación.”

    Es, sí, esa tarea del descenso hacia nuestras gentes más humildes, más olvidadas, esos seres intrahistóricos de que hablara Unamuno, una de las vías más eficaces de hallar la sacralidad y esa iluminación a la que Lao Tse alude en su ‘Tao Te King’ o ‘Libro del Tao’, como popularmente es conocido.

    Ese ‘Libro del Tao’ que nos salva esta madrugada en que los desaforados decibelios de la barbarie ruidosa nos desvelan y nos impiden el descanso.

    Ese ‘Libro del Tao’ en que, en su texto LII, se nos asevera: “Percibir lo más pequeño, tal es la clarividencia. / Conservar la dulzura, tal es la fuerza del alma.”

    Frente a un mundo airado, farolero, superfluo, vertiginoso, aturdido por prisas y despropósitos…, buscar la clarividencia en lo más pequeño; sostener y mantener la dulzura como fuerza del alma.

    Qué hermosa tarea…

15 agosto 2024

DEL MARTES, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

DEL MARTES, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José Luis Sánchez-Tosal Pérez


DEL MARTES, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

    Un año más, se celebra el Martes Mayor, día de exaltación del comercio mirobrigense, el cual, según las crónicas, fue un éxito de gente y de puestos, que se instalan más que nunca. Y cierto, muchos puestos y mucha gente. Los primeros, la mayoría, ajenos al comercio, son puestos de niños, o particulares que se deshacen de sus trastos caseros, mientras los del comercio como tal, se refugian cada vez más en el interior de los locales. Y sí, de mucha gente, pero con pocas bolsas, todo un síntoma de que algo por las razones que sean, se va por otros derroteros de los que se dice estar exaltando.

    Hay que repensárselo o dejarlo correr, pero no hay más ganadores como siempre que la hostelería, y si la gente así lo decide mala solución tiene. Eso sí, contarlo como ha sido, y no como nos lo cuentan de “éxito grande”, es conveniente para saber dónde estamos y por qué. Lo demás todo son alabanzas sin más criterio que el de ensalzar los poderes políticos y dejar correr la exaltación del día del comercio, a la de los tenderetes de niños y sumarlos como puestos comerciales oficiales.

    Y situados en esta realidad pregunto qué solución darle. Creo que al menos ponerle un nombre que se adapte mejor a las maneras de transcurrir el día, porque lo que se dice exaltación del comercio, veo poca.

14 agosto 2024

A LA VERA DEL PARDO, por José A. Blanco

A LA VERA DEL PARDO, por José A. Blanco - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo
José A. Blanco
A LA VERA DEL PARDO
, por José A. Blanco
 
Se avecina un sol de justicia. Rojo amanecer, ojo de halcón. Arde el horizonte. Pálidos  campos de ocres tristes agonizan sedientos. Camino con paso firme sin apartar la vista al disco cuyos latigazos de  fuego queman el relente. Poco más de las siete y el calor empieza a ser insoportable.




11 agosto 2024

POR LA BOCA DEL ÁNGEL, por José Luis Puerto

POR LA BOCA DEL ÁNGEL, por José Luis Puerto - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José Luis Puerto
POR LA BOCA DEL ÁNGEL, por José Luis Puerto

    El verano va transcurriendo con sucesivas oleadas de calor, cuyas crestas las acusan los elevados grados de los termómetros, como podemos advertir en los luminosos de las farmacias y de otros artilugios por el estilo, cuando caminamos por las calles. Además de sufrirlo en nuestras propias carnes.

    Y, en medida en que comenzamos a trazar estas líneas, nos preguntamos: ¿por qué no hemos de hablar sobre el fuego? Nos viene, en primer lugar, a la memoria el hermoso título del uruguayo Mario Benedetti ‘Gracias por el fuego’ (¿se las estará dando al propio Prometeo?).

    Pero, enseguida, acude hasta nosotros el mito de ese héroe civilizador que fuera Prometeo, que robara el fuego a los dioses para regalárselo a los seres humanos; debido a lo cual hubo de sufrir encadenamiento desnudo en paraje inhóspito, donde sus entrañas serían devoradas por un águila, una sucesión de regeneración y de voracidad sin fin.

    ¿Qué ventajas traería el descubrimiento y uso del fuego a los humanos? En primer lugar, la de la metalurgia, la de la fabricación de herramientas, pero también la de la elaboración de los alimentos, cociéndolos mediante el fuego. De ahí que el antropólogo belga-francés Claude Lévi-Strauss, tomando al fuego como base, elaborara ese dualismo, conocido universalmente desde hace tiempo, de lo crudo y lo cocido (en un ensayo homónimo incluido en sus ‘Mitológicas’, (1964); que tantos ríos de tinta ha hecho correr desde su publicación.

    Y ¿por qué no seguir buscando?, ¿por qué no indagar en significaciones primordiales sobre el fuego? Gonzalo Correas (1571-1631), en su ‘Vocabulario de refranes y frases proverbiales’ (1627), nos dice –en una de tales frases, recogida, sin duda de boca del pueblo– que el fuego “Salió por boca de ángel”.

    Es una alusión, indirecta, al origen divino del fuego. De ahí, todas esas prácticas antiguas de las vestales, de esa necesidad de mantener vivo el fuego, de no dejarlo apagar ni morir, lo que sería sacrilegio y se pagaría con dureza.

    Y tal frase proverbial recogida por el maestro Correas nos la encontramos también en la tradición popular campesina; pues, por ejemplo, en Galicia, según una tradición que recogiera Manuel Murguía, los aldeanos decían lo mismo sobre el fuego:”Saleu pó la boca do ángele!...”.

    Y eso sin recurrir a todo lo que nos dice sobre el fuego ese tratadista de la historia de las religiones que fuera Mircea Eliade, quien, en su hermoso, revelador y documentadísimo ‘Tratado de historia de las religiones’ (1949), obra que sugerimos a quienes deseen profundizar en todo lo que el fuego ha significado a lo largo del tiempo para los seres humanos.

    El verano va transcurriendo. Agosto es como un gran fuego simbólico. La luz, esa luz tan alta e intensa a la que alude el título de una novela de William Faulkner, hace vibrar todo.

    Y el fuego, ese fuego que está a punto de clausurarse en la antorcha olímpica parisina y que habrá de preservarse vivo para que alumbre en el futuro, sigue estando ahí, como uno de los símbolos que habla, sí, de los más altos valores del ser humano.

    Si Prometeo nos lo entregó, robándoselo a los dioses, habiendo de pagar por ello un precio tan alto; si procede de la boca de un ángel; si está marcado por lo sagrado…; nunca habremos de dejarlo morir.

10 agosto 2024

EL ESPERPENTO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

EL ESPERPENTO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José Luis Sánchez-Tosal Pérez
EL ESPERPENTO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

    Hace excesivo calor, y esto hace que todo sea relativo y esté casi paralizado. La gente sólo quiere refrescar y soñar, pero no son sueños cualquiera, sino sólo buenos. Y en estas estamos todos, huyendo de la brasa del sol, buscando el consuelo en estos días de vacío curativo que luego para septiembre ya vendrá Paco con la rebaja, sí, sí, la de los quehaceres diarios.

    Pero mira por donde, en medio de todo esto, un esperpento muy a la manera de su hacedor Puigdemont va y zarandea al país, y nos introduce de lleno en el disparate diario del mundo político.

    Claro que si uno coge y dice: “inmejorable, vamos a más”, nunca pudo pensar Valle-Inclán que sería superado, y mira por donde Puigdemont con su esperpento lo hace.

    Que ustedes lo pasen bien, aunque el país siga a lo suyo, incluso en estos días de todo y de nada.

08 agosto 2024

RESTAURACIÓN NECESARIA, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

RESTAURACIÓN NECESARIA, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José Luis Sánchez-Tosal Pérez
RESTAURACIÓN NECESARIA, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

    Un año más se celebrará en Robleda el acto memoralístico de los represaliados y muertos en nuestra contienda, y donde la “retaguardia nacional” de aquella triste y dolorosa guerra, que en cierta manera aún hoy persiste en su tragedia final para algunos de los recordados, puesto que yacen en cunetas y estás enterrados entre zarzas, y sin saber dónde ni quienes son todos los que allí están.

    Esto por sí sería ya más que suficiente para recordarles en el homenaje que año tras año la Documentación y Estudio de El Rebollar Asociación Cultural, que de la mano de Ángel Ovejero les hacen a todos los asesinados en aquellos días aciagos de nuestra historia, que desgraciadamente por la terquedad persistente de quienes aún hoy se niegan a que sea al menos mitigado con la búsqueda y recuperación para los suyos.

    Si lo sucedido era ya más que suficiente para tenerlo en la memoria de todos, la postura negacionista hace al homenaje-recuerdo más necesario, pues el olvido sería además de un sufrimiento para la familia una traición social por parte de la sociedad actual. Por lo que desde aquí les pedimos su presencia en él, en el monolito de Robleda, el domingo 11 de agosto de 2024, a las 21horas.

07 agosto 2024

POETAS EN LA CALLE, por José A. Blanco

POETAS EN LA CALLE, por José A. Blanco - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José A. Blanco
POETAS EN LA CALLE
, por José A. Blanco
 
    Canta el poeta en su pueblo. Versos en acústico ante la perplejidad de un auditorio sorprendido por la magia de una chistera oculta en la “Barrera”. La tarde bosteza a la sombra del campanario, sueñan las campanas. Los trovadores “polinizan” la cultura popular. La gente  se quita el sombrero. Los niños, a lo suyo, se quedan con la copla.
    Al grupo “Homero” por su labor cultural.


 

05 agosto 2024

EL PRAO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

EL PRAO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José Luis Sánchez-Tosal Pérez
EL PRAO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

    Salgo a andar por las cercanías de Sequeros, el camino además de bello es generoso en sombras y frescor, va entre paredones, esos que nunca dejan de asombrarme por el trabajo que tuvo que suponer para aquellos hombres con aquellos medios de entonces para su construcción. Por cierto, dignos de celebrarlos, pues hoy ya abandonados siguen en pie, como si quisieran con su resistencia rendirles el homenaje que merecen a quienes los levantaron.

    Según ando, en una margen tengo un bosque cerrado y asalvajado, y en la otra praderas y huertos de los que ya sólo algunos pocos están cuidados.

    Al final del camino, pues luego ya se vuelve senda, llego a donde está el que para mí es el “Prao de José Manuel”, al que él con sus más de 90 años cuidaba. Este año lo encuentro con claros síntomas de abandono y con otros también aún patentes de los cuidados que recibía. El prao tiene como unas tres hectáreas, en él hay robles, algunos árboles frutales ya muertos, y unos pinos. Todo estaba cuidado y ordenado, las piñas recogidas en montones, que en invierno llevaba a sus hermanas para calefactar la casa, la única utilidad que sacaba a tanto trabajo, y que él hacía seguro por el cariño a ese espacio, al que su padre, según me contó, usaba mayormente para tener los caballos, y al que él no entendía verlo abandonado y el que hoy ya empieza a darme claros síntomas de estarlo.

    Pienso en lo que significará para José Manuel no poder venir al prao, y con ello el claro no relevo en todo el mundo agrario con estructuras del siglo XIX para servicios del tipo de vida de aquella España agraria hoy desaparecida, pero en la que los hombres como él vivieron y son aún testigos de ese mundo ya inexistente, y al que hasta en el último momento algunos han tratado de que subsistiera, y no verlo morir así, de la forma más insufrible, el abandono, de aquello que lo fue todo en la vida para ellos.

    Regreso triste sintiendo la soledad del prado y el pesar que habrá en José Manuel, y pienso, si así me pongo yo, que no soy más que un mero espectador de lo que como suele decirse el viento se llevó, cómo estará José Manuel por no poder ir a su prado del alma, viviendo en Madrid, tan fuera de lo que fueron sus lugares que daban sentido a sus vidas, como en este caso hasta los últimos tiempos de su existir.

04 agosto 2024

LA LÁMPARA DE LA MEMORIA, por José Luis Puerto

LA LÁMPARA DE LA MEMORIA, por José Luis Puerto - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José Luis Puerto
LA LÁMPARA DE LA MEMORIA, por José Luis Puerto

    No es malo, como ejercicio mental y espiritual indispensable, que, nos habituemos a distanciarnos de la actualidad vertiginosa y engullidora, para buscar esas huellas que los seres humanos (cada civilización, cada cultura) han ido dejando a lo largo del tiempo, a lo largo de los tiempos, y que se han constituido como más duraderas y permanentes.

    En tal tarea, me encuentro estos días con la figura del escritor y reformador social inglés John Ruskin (1819-1900). Leo con deleite su texto tan hermosamente titulado ‘La lámpara de la memoria’. Pertenece, claro está, a la que acaso sea su obra más importante: ‘Las siete lámparas de la arquitectura’ (1849), ya que desarrolla en ella sus ideas estéticas.

    Pero ¿cuáles son tales lámparas para Ruskin? Las nombra con términos abstractos y muy evocadores. No son otras que el sacrificio, la verdad, el poder, la belleza, la vida, la memoria y la obediencia. No es cuestión ahora de abordar cada uno de tales términos, de significaciones tan polisémicas y tan distintas según sea quien sobre ellos reflexione.

    La sexta lámpara de la arquitectura es la memoria, indica Ruskin. Y, en tal texto, aparece una bellísima y muy honda reflexión sobre la casa, sobe la morada, sobre esa estancia que, en un determinado espacio de la tierra, corresponde (o debería corresponder, ay; porque cuántos y cuántas hoy en el exilio, en la expulsión del territorio, en la carencia, en la privación de la matria y de la casa) a cada ser humano, como ámbito de dignificación, de identidad, de memoria…

    “En lo que respecta a los edificios domésticos –indica Ruskin–, el hombre siempre debe imponer a su corazón y a su poder ciertos límites en la aplicación de estos principios”…

    Y alude también, y de qué modo, a la sacralidad de que tendría que estar investida toda casa, toda morada, todo espacio propio. Y, sobre este aspecto, Ruskin expresa cómo “La casa de un buen hombre posee una santidad que no puede ser renovada con cada bloque de pisos que se alce desde sus ruinas”…

    Al tiempo que expresa un anhelo muy hondo: “Yo afirmo que si los hombres vivieran como tales, sus casas serían templos”. Algo que contrapone a lo que, ya en su tiempo, observaba en Londres: “esas lamentables moles de cal … que rodean nuestra capital”; algo que ve –y qué común y general se ha vuelto tal práctica agresiva de edificación, por desgracia; hasta el punto de que ya nos parece como algo normal–, con pesar, como “un paisaje profanado”.

    John Ruskin tuvo contacto con esos grandes artistas de la Hermandad Prerrafaelitas (Dante Gabriel Rossetti, Burne-Jones, John Everett Millais…); tuvo una notable influencia nada menos que en Mahatma Gandhi; y abogaría por un socialismo cristiano. En ‘Fors Clavigera’ (1871-1887), recoge diversas cartas que destinara a los obreros ingleses; al tiempo que algunos de sus ensayos sociales los recoge en ‘Sésamo y lirios’ (1865).

    Estos días, en ese ejercicio que cultivamos de continuo de distanciarnos de las urgencias de la actualidad, para vislumbrar los caminos y vías de lo permanente, que han ido trazando los seres humanos a lo largo del tiempo, volvemos a John Ruskin.

    Y, de tal ejercicio, salimos reconfortados.

01 agosto 2024

DE EXTRAÑOS MIRLOS, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

DE EXTRAÑOS MIRLOS, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José Luis Sánchez-Tosal Pérez
DE EXTRAÑOS MIRLOS, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

    Paseo la oceánica playa, aquella que hace ya casi toda mi vida habitaban hombres de rostros envejecidos y arrugados por el sol de sus trabajos en el mar, y mujeres envueltas en pañuelos y sayas negras, hoy casi todas ya idas no sólo de su playa de pesca sino también del mundo, al que le dieron valor y esfuerzo.

    El panorama que hoy ofrece el lugar es muy otro, por él corretean niños que juegan en la orilla del bravo océano, eso sí cercanos a un muro que amaina el poder de las olas, y con unos socorristas siempre pendientes que para sí hubieran querido sus abuelos los pescadores.

    Hay en la playa, lo que siempre ha habido en el lugar, frescor, aguas frías y por tanto relajantes, en estos días de calor insufrible en el interior, y además gente ociosa que llena lo que fue el sitio de los laboriosos pescadores. Son cuerpos que van y vienen por la playa, se bañan y se tienden a estar haciendo nada, envueltos en el aire fresco y arrullados por el sonar del océano, que nunca descansa.

    Ellas, pasean, todas lo hacen con unos bikinis extremos mostrando sus culos con toda naturalidad. Quién se lo iba a decir a sus abuelas, las de las largas faldas que anteriormente habitaban estas playas. Lo cierto es que hoy no queda ni una que no muestre su trasero sea este más o menos estético. Y en estas estaba, mirándolas, cuando pasa una con un short. Vamos, tapada ella, y no pude menos de pensar: “ves, no crees que el mirlo blanco existe y ahí lo tienes en ella, la única que no te va a enseñar el trasero en todo el verano y en todos los lugares, sea el océano o el río de tu pueblo, o sea el mirlo blanco que yo creía que no existía”.

    Puesto ya en el chiringuito leyendo me entero de que del asesino frustrado de Trump se sabe que era un ser asocial, y lo que es más difícil en este, pues el estereotipo de todos los asociales es que son seres que se suelen refugiar en las redes, y mira por dónde este carecía de ellas, y del cual por tanto no se puede saber nada de nada, puesto que en vez de neutralizarlo lo abatieron y entonces ya no hay posibilidad de interrogatorio.

    Y pienso y me digo: “qué verano de extraños mirlos”.