LA VOZ DE LAS PISTOLAS, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
Nada nuevo, una vez más nos desayunamos con una matanza de niños en el colegio. Se nos cuenta que se trata de un desequilibrado por haber sufrido acoso, y no sé que cosas más fallaron de nuevo hasta que cayeron más de veinte. Sabemos que van más masacres que días han pasado del año, e intuimos que dado el entorno que las provoca no estará tardía la próxima y así una y otra vez.
Las preguntas que deben seguir son ¿por qué? y ¿hasta cuándo? El por qué está claro, suceden en el país que está más armado, pues Estados Unidos tiene 120 armas por cada cien personas. Me sospecho que los rifles y las pistolas andan por las casas como aquí los móviles en desuso por los cajones, lo cual a poco sentido común que se tenga te lleva a adivinar que se trata de una mecha prendida a la espera de un soplo para llegar a su destino, que es el matar.
Y llegado a este punto, cabe de nuevo preguntarnos el por qué del por qué, y a poco que escarbemos vemos que la industria armamentística tiene todo el interés en sostener la peligrosa situación caiga quien caiga.
Y después de esto, pues lógicamente nos aparece la pregunta de hasta cuándo y usando la razón, durará hasta que la responsabilidad civil de la población y sus representantes la consientan, aunque visto las defensas de parte de los unos, y la inhibición de los otros, la cosa va para largo, se sumen las víctimas que se sumen.
¿Puede una sociedad así llamarse civilizada, y dada la situación de preeminencia que tiene esta en el mundo, no estaremos corriendo no ya el no paralizar su armamentismo, si no el peligro de extensión a todos los demás?
Y otra vez preguntarnos de nuevo, por qué consentimos y hasta cuándo se salvará como tal una civilización basada en la voz de las pistolas.