INOCENCIA DANDO PASO AL DESENCANTO, por Mara Guadalix
Tanto ha cambiado todo,
que los vestigios de azul,
tienen posos de rojo,
y el deseo ya no es arrebatador,
se siente por partes,
ambiguo y sin sentidos,
desnudos como un cuadro,
mudos, mirando las imperfecciones,
de las consentidas amapolas marchitas,
carne mortal, perecedera en un instante,
arruga de papel mojado negro.
Temblor desangelado en la pereza
de un cuarto vacío de esperanzas,
repleto de tristezas,
sin ganas del rojo que provoca,
ni del negro que encierra,
en cáliz que liban las abejas,
seda que muere,
beso de lluvia,
caricia obnubilada
Me conoces y sabes
hacer conmigo,
lo que hace con la flor la primavera.