DE LA SANIDAD PÚBLICA, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
Al hablar de ella, es tan imposible como inútil no hacerlo a un tiempo, de la comarcal, comunitaria y nacional.
Para empezar, felicitar a Ciudad Rodrigo, porque de nuevo alguien en él se mueve y reivindica, cosa tan necesaria, dada la situación que vive la sanidad comarcal. El que se alce la voz y tenga seguidores en las reivindicaciones, es todo un éxito en esta sociedad pasiva.
Lo hicieron con un discurso centrado en una sola especialidad, la que más le duele a ellas, las muchas jóvenes madres que allí estaban, protestando por la falta de pediatras, pues en ello les puede ir la vida de sus bebés. Por tanto, más que cargadas de razón para la protesta. El problema, es que sabido está, que no hay pediatras, lo que hace que los responsables de Sanidad en la Junta tengan fácil contestación, “díganme dónde encontrar un pediatra para que se lo mande”. Y como está el patio la contestación vale para esta especialidad como para cualquier otra, estamos llegando al no hay médicos.
Ante esto, la pregunta es ¿pero por qué? Pues muchas son las causas: consultas masificadas, sueldos bajos, presión de los jefes, mucha interinidad, y además el problema se acrecentará por el aluvión de jubilaciones que se avecinan, los que no aguantan más y se van al extranjero, y los que se marchan a la privada, más los que están de baja por el estrés de todo esto y las jornadas inacabables.
Casi todo queda resumido y reflejado en este dato: uno de los responsables de Cardiología del Clínico de Salamanca cobra actualmente mil euros, y sobrevive a base de hacer guardias, que sabido es que son jornadas de 24 horas, lo que les lleva al cansancio y con él a los errores, en los cuales a los pacientes les puede ir la vida.
Todo esto es sabido por los jefes sanitarios de la Junta, pues viene de muy atrás, y sin embargo nada se ha hecho para solucionar o al menos paliar el problema y menos para planificar. Y de todos esos hospitales que salen en licitación por equis millones de euros y terminan costando tres o cuatro veces más, circunstancia que se da con frecuencia en obras públicas, ¿a cuántos médicos con estos millones se podría haber pagado justamente?
Lo cierto, es que en varias décadas del gobierno del PP en la Junta, nada se hizo para afrontar lo sabido que terminaría por llegar, y por eso, ahora estamos en esta situación tan crítica como peligrosa, donde ya todo se revuelve contra todo.
Ahora veremos, cómo, cuándo y de qué manera se le pone el cascabel al gato si es que se puede aún.
En medio de todo, mi enhorabuena a las protestas legítimas de las madres (La tribu del bebé), y a las 700 personas que mostraron su apoyo. Al tiempo que me permito decir, que esto, por muy de cerca que les toque, lo de sus niños, debe de ser encauzado en el terreno de lo general, pues el barco se hunde, y no se trata de tapar una sola vía de las muchas que lo llevan al desastre, sino de ver cómo se puede salvar a este, o no nos salvaremos nadie del hundimiento de la medicina pública, y ciertamente menos aún en entornos rurales como el nuestro.
Resumiendo, bienvenidas sean las protestas de La tribu del bebé, por lo muy cagadas de razón que están, pero no simplifiquemos, estamos ante una situación en la que hay que volver a la carga con las manifestaciones, pero por todo, y por todos, o la sanidad pública como la hemos conocido desaparece.