DURÓ UNAS HORAS, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
Oigo
a María Guardiola, la posible presidenta de Extremadura expresarse,
y me quedo grátamente asombrado, por el olor a libertad y la
claridad que hay en su forma de decir, lejos de todo encorsetamiento
político y despegado de todo acercamiento al poder a base de tragar
con lo que no debe de ser o con lo que no se comparte.
Su valentía y claridad me dejó perplejo, por la razón de que ya no anda uno acostumbrado a ella y menos en tiempos de pactos entre los que buscan el poder. Al mismo tiempo me ilusionó, pues pensé, si existe dentro del PP un partido conservador centrado, y que no quiere casarse con el enfermo de la extrema derecha, y además lo dice, y no de cualquier manera, sino de una forma que todos lo entendemos, incluso intuimos que lo siente de verdad, y no para llevarse el gato al agua del poder.
Todo esto me llevó a crearme la ilusión de que aún es posible el pensamiento libre dentro de los partidos, de que así también se puede ganar, y de que por tanto quizá todo está menos secuestrado de lo que sentimos que está, cuando lo que se juega es el poder. Al día siguiente la vuelvo a oír, y lo que oigo y siento no es más que una caricatura de lo oído hacía sólo unas horas. ¿Qué pasó en ellas, quién llamó a esta mujer y qué le dijo? Me da que por mucho que se nos hable de democracia no nos lo van a contar, pero desde luego, lo cierto, es que el rayo esperanzador fue sólo eso, un fuerte rayo, y que sólo duró lo que dura un rayo. Luego vino a nosotros el trueno de la decepción, y el aterrizar otra vez en el lugar que estamos, en el de la indefensión ante el creciente populismo ultra, que esta vez aún no sabemos dónde acabará, sí lo supimos en otras anteriores y fueron todas muy pero que muy dañinas, como todos los finales trágicos que acompañaron a todos los populismos y fascismos habidos.
Mientras, camino y avanzo taciturno preguntándome cómo saldremos de esta, en estos nuevos tiempos en los que los aires de las respuestas a nuestros problemas mundiales están viniendo de la mano de la predicada irracionalidad sentimental de la extrema derecha que gana adeptos, se asienta, y marca maneras por muchos países.
Si no, ahí tienen la prueba con esta mujer ya más desdibujada que un reflejo en una charca que le ha caído un meteorito. Cierto, todo lo bueno sólo nos duró unas horas, después todos estamos más a merced de los negros nubarrones pues todo ha vuelto a estar entre la oscuridad gris de la aurora.
Escribir según el transcurrir de los acontecimientos, y para más o menos una fecha programada trae esto, que acabado el artículo, surja la afirmación por parte de María Guardiola de no pactar con Vox. Es como si a un tiempo ahora no valiera todo lo escrito, y las oscuras nubes se retiraran, pero no, no es así, pues son más lugares del país donde los pactos con Vox permanecen que donde no se hacen, con hechos tan esperpénticos y perjudiciales como empezar a cargarse carriles bicis en las ciudades.
No, no los barremos, persisten y arrecian. Ojo, quizá Extremadura sólo es una isla en medio de la fuerte borrasca, aunque esto, y visto lo visto, aún está todavía por ver.