OBSTRUCCIÓN Y COLAPSO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
Hace ya varios meses que nos llegaron las primeras noticias sobre el próximo carnaval, a las que seguirán otras más sobre los comienzos de su preparación, y se le irán sucediendo otras más de forma continuada, sobre sus entresijos los cuales irán in crescendo hasta los días de su celebración. Después, durante otros muchos días, seguirán produciéndose noticias sobre los distintos sucesos ocurridos en él, con pelos y señales. Es decir, casi todo el año los festejos vienen a tener presencia en los medios, con una asiduidad que para sí quisiera cualquier otra historia.
Dejémoslo pues así estar, si los medios y las autoridades así lo deciden, pero echo de menos que otras cuestiones de también importancia social tuvieran un trato parecido, y a las cuales se las ve brillar pero por su ausencia. Y al señalar esto, tengo muy presente entre otras el problema sanitario que padecemos, que va in crescendo, y del cual poco se dice. Por ejemplo, para una revisión de la vista, que su tiempo normal sería cada medio año pedí cita en septiembre del 2024, y me han dado para el 19 de enero del 2026. Y esto se hace extensible a otras especialidades, aunque creo que la de oftalmología se lleva la palma en la tardanza.
¿Y si intentaran hacer un seguimiento de todas las cosas nada normales que están sucediendo en esta causa social y en otras en las que tanto nos jugamos? Sería mucho pedir que se hablara de todos los avatares, tanto del hacer por parte los sanitarios, como del estar encima de ellos nuestras autoridades, para que todos supiéramos de sus porqués y cómo se procuran atajarlos, y así ir cercando ese caminar hacia el desvío de la gente a la medicina privada, lo que parece a medio plazo una asfixia de la pública, con todo lo que esto implica de daños sociales y perjuicios para todos. Y ya ven, comparado con la atención al carnaval con el casi silencio de los medios y las autoridades al problema sanitario que no se hacen eco del clamor social que existe contra ello, hay todo un agravio de atención dedicación a los servicios públicos.
Dicho queda, no creo que sirva de nada ante las poderosas corrientes que parecen tener la misma fuerza que una DANA, y ante la que nos sentimos tan abandonados como los de Valencia, diría que aún más, pues en esta no aparece ni la prensa, y con estos procederes los resultados, me temo, que terminarán en el colapso más preocupante que uno pueda imaginarse para lo que ha sido en nuestro país uno de los logros y bienes más preciados, la sanidad pública.
Que la vida castigue a todos los que por acción y omisión participan en dichas obstrucciones y colapso.