DOLOR, INDIGNACIÓN Y TEMOR, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
Esto
es lo que sobrevuela en estos días por Ciudad Rodrigo, a raíz del
hecho tan triste sucedido a uno de nuestros jóvenes.
Dolor, mucho dolor envuelve a las personas y corre por todos los rincones del pueblo, que fue manifestado con la asistencia masiva a la misa funeral de Álvaro, ese joven que tenía que seguir estando entre nosotros y ya no está.
Indignación, pues aunque nada esté aún sabido de manera oficial, parece que por un hecho propio de la inmadurez de juventud recibió una agresión más impropia y criminal que le segó la vida, cosa que al tiempo que nos hiela la sangre nos llena de incomprensión, rabia e indignación.
Temor, pues si como parece y según rumores el hecho pudiera tener relación con el carnaval, esto no hace más que asustarnos como si un temeroso fantasma sobrevolara aún más estas fechas carnavaleras que seguimos vendiendo como un acontecimiento alegre y lo cierto es que ya hace tiempo que ha cogido otros derroteros peligrosos.
A tus padres, Álvaro, nada se me ocurre decirle que pueda mitigar el enorme dolor que seguro los inunda, y que ya los acompañará de por vida, como sabemos bien los que hemos perdido un hijo. A ti, Álvaro, amigo y compañero de mi nieto Joan tampoco sé bien que decirte ahora que ya no estás. Yo me consuelo pensando que esos restos en los que te has convertido estarán y formarán siempre parte del bello universo que habitamos y contemplamos.