¿POR QUÉ?, por José A. Blanco
El dolor fallece en soledad. Una primera mano deslizada por el lienzo inerte rasgado con empastes arañados. Delirios. Suenan “Campanades a morts” y se apaga la luz del rojo sangre con el complementario de la incomprensión. Retortijones en la paleta de un bodegón agrisado por tanta tristeza. Naturaleza muerta en un cuadro inacabado.
A quien no pudo volar.