TAN FINO CORO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
Sabido es que decir Pamplona, es decir los "Sanfermines", y que viene de tan lejos como cantados han sido éstos, entre otros, nada menos que por Hemingway.
También que al mismo tiempo que crece su fama, lo hace el número de asistentes a la ciudad, hasta el punto actual que es el de tener que pensar ya en poner el cartel de "No hay billetes". Y no solo para los encierros, si no para cualquier rincón de la ciudad. Lo más preocupante de esta masificación se da sin lugar a dudas en la calle Estafeta, por donde los toros hacen su recorrido a la plaza, y que hace de ésta cada vez más un lugar sin sentido por la falta de espacios para el desarrollo de los encierros.
El que se alabe esta fiesta, no quiere decir que no esté entrando en esa fase que se puede resumir con la conocida frase "morir de éxito", pues vista la masificación humana en medio de los toros, que son los únicos que demuestran sentido común con su trotar espantados entre tan nutrida masa de alucinados. Cada vez son más imposibles las carreras y más visible el tapón humano tan cargado de fama, como ya de sin sentido.
Me pregunto si esto es ya hoy un espectáculo para ser tan televisado y jaleado, o para ir recogiendo velas y dejarlo consigo mismo.
Y en estas estaba cuando la red me manda un vídeo en el que toda esa masa, mientras espera el encierro, coreaba el muy idílico cántico de "Sánchez hijo de puta", como ya lo vienen haciendo habitualmente a la salida de las corridas taurinas.
Y ya no me pregunto si todo este tinglado taurino hay que resaltarlo dada la repercusión que tienen y lo muy moderados que son sus actores. ¿No sería al menos por pudor, no andar jaleándolo ni televisándolo? Aunque solo fuera por no dejar como muy asalvajados a los coristas delante de tantos, y para no seguir llamando a más gentita a participar de tan fino coro...