LA ALEGRÍA DEL JARDÍN, por José A. Blanco
Sentado en el porche. Pensativo. Un vacío seco me devuelve la soledad. Sobre la mesa una libreta, una pluma y la desgana. Todavía siento la frescura y el desparpajo infantil sin descanso a mi alrededor, deshojando margaritas. Construiré una torre de cristal con piezas de madera o un puzle de madera con piezas de cristal hasta que vuelvan mañana y sonrían, de nuevo, las flores del jardín.