Infancia, ternura, desparpajo, generosidad. Prodigio. Una sonrisa infantil a
través de la magia de esos dedos acariciando suavemente las notas del
violín. Mensaje de paz hacia cualquier rincón, donde los sueños, hoy
pesadillas, vuelvan a ser el susurro de la imaginación hasta volar.
Volar, lo que se dice volar, si pueden. Hace falta que les dejen. La
niña es una muestra.
A Sofía Rodríguez, por su generosidad con el Burgo Centro II, de Las Rozas.
Un regalo.