UN ADIÓS IRREMEDIABLE, por Mara Guadalix
Un adiós irremediable
Vete, sal ya de mi vida,
aprende a lamerte tus heridas,
ésas que yo no te hice,
las que en vano he intentado curarte.
Vete, no quieras reducirme a la nada que te envuelve,
a esa magia de tapar el sol con un dedo.
Vete con esa ayuda que predicas, y solo es aplicable al mundo platónico, al de las ideas.
Vete porque mi vida sangra,
y despierta a la mañana, con hambre,
con dolor, con alegría,
con un mundo abierto ,
lleno de gente como una gran naranja,
donde tropezamos y sabemos agarrarnos, mirarnos, sostenernos,
lo que una vez dios llamó:
- el reino de los vivos.