TODOS CALLADITOS, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
Hace unos días nos llega la noticia en la prensa de lo que ya venimos sabiendo todos, puesto que está a la vista y en el olfato, que la calidad de agua de nuestro río Águeda no es buena.
Hasta aquí, casi deberíamos agradecer la noticia, ahora bien, si sabemos que esto es así ya desde hace tiempo, pues ASENAVIS hace ya más de dos años que se quejó, y eso llevó a hacer un análisis de agua cuyos resultados fueron pedidos por dicha organización y no le fueron entregados.
Se podría decir que el ayuntamiento al enviar los análisis a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) cumple su misión; ahora bien, si la situación de deterioro es grave y la CHD no contesta ¿no estaremos ante un paripé? O sea, yo les envío los análisis y me quito el mochuelo de encima, pero cuando no responden y el río sigue deteriorándose ¿vale lo de callar, o tendrían algo más que decir? Y no sólo él, sino la diputación y la junta de Castilla y León, pues ante el deterioro del agua de la que nos dicen que está “peor que mal”, ya desde hace años, y en cuyas aguas no sólo nos bañamos en verano sino que nos lavamos y la dan por buena para beber, a juicio ya de muchos deberían no conformarse sólo con el cumplimiento de una formalidad sino exigir por parte de quien corresponda a la CHD las reacciones debidas y no sólo el “ahí va la noticia” y acto seguido, como Pilatos, “me lavo las manos”. Decir claramente que quien tiene que actuar, no contesta hace años ni se le espera, y se queda tan quietito como si no pasara nada.
En el asunto hay unas malas implicaciones, pues casi todos los vertidos ilegales se quedan sin denunciar por parte de los vigilantes de las administraciones implicadas en el tema. Y todo hay que decirlo, sin la presión debida de los ciudadanos para que la CHD cumpla su obligación y los que tienen fuerza para presionarle, ayuntamiento, diputación y junta empujen para hacer reaccionar la inacción de esta. Hasta el momento ninguno aparece y en eso se basan todos los organismos oficiales para seguir haciendo de don Tancredo.
Pues bien, o todos nos ponemos en nuestro sitio, o el asunto pinta mal, puesto que no nos dicen que significa “peor que mal” haciendo públicos y explicando los análisis, así se les ve la falta de ganas a todos y cada uno de los agentes implicados para querer atajar el mal que puede llegar a que nuestras aguas sean inservibles para todo. Y las aguas, desde que el embalse de Irueña existe que terminó con las crecidas, las cuales ciertamente tanto daño hacían en las haciendas, pero que al tiempo limpiaban el río, y ahora ya no es así tampoco, y además ¿no podrían los pantanos en sus fondos estar haciendo de almacén de vertidos ilegales? ¿Aquellos que tanto beneficio sacan de la producción de electricidad y los cuales tienen un módico precio de renta de esos pantanos que cuestan cientos de millones y que pagamos entre todos y con los que ellos terminan haciendo grandes negocios aportar medios para su limpieza? ¿O todo sólo es obtener ganancias sin tener ningún gasto en la obtención de ellas?
En fin, que estamos ante un posible problema de salud pública serio y nadie reacciona como se necesita que haga. Llegará un momento en el que el agua sea inservible para usos domésticos si es que no lo es ya, puesto que los análisis no se hacen públicos, no sabemos hasta donde llega el deterioro de las aguas ni de qué proviene y cuáles son sus causas principales, lo cual está llevando al río camino de ser un cadáver, eso sí, muy bien vestido en sus cuidadas alamedas, pero que llegará un momento en el que no podamos disfrutar de él por el olor de la descomposición de sus aguas, y por tanto como para beberlas.
Y mientras, todos, los que de una forma u otra deberían sentir su grado de responsabilidad y actuar ante la gravedad del agua del río calladitos.