MIRA QUE SI VIENE, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
Había sido ya la procesión con toda su solemnidad, lo que me tenía pensativo, pues aún quedaban todos los actos añadidos imaginables e inimaginables al retorno a la Plaza más los de la tarde noche, y yo estaba sin saber a qué atenerme para definir el día, cuando mientras se procedía a meter el santo en la iglesia, alguien de los asiduos a la procesión y nada sospechoso de ser contrario a la festividad, dijo sin inmutarse: “mira que si viene Berlanga”, lo cual me dejó tan iluminado sobre cómo ver el día, como perplejo por quien lo había dicho y quienes asistieron.
Ahora en lo que ustedes piensen yo ni entro ni salgo, pues ya es cosa suya. Pero la sentencia tiene su aquel, y a mí me deja, pues eso, dándole vueltas y pensando, mira que si viene Berlanga.