Estaba en la tienda de mi nuera, cuando la mañana del lunes se fue la luz. Lo primero que hicimos con toda naturalidad fue salir a la calle a ver si a los demás vecinos también se le había ido. No hizo falta preguntar, estaban todos en la calle. Me dirijo a la Plaza, y lo mismo, todos mirando hacia la obra de la Rúa del Sol, y diciendo al unísono " Estos ya nos la han preparado". Más tarde, alguien dice que es un corte general en toda España, y en Europa también. Luego otro afirma "Que esta noche los aviones rusos habían cruzado el espacio aéreo europeo, y sin permiso nos habrían sobrevolado". En este momento, las colas en los supermercados ya eran enormes. Que suceda algo así no es muy normal, que la gente lo relacione con un gesto bélico, en principio, pues como que tampoco. Pero que así ha sido, es ya un hecho. Que en medio de ese temor el país reaccionara de forma pacífica y normal en general, y que todo haya trascendido con el menor número de incidentes, y con cosas positivas a resaltar, es algo que nos debe hacer sentir bien a todos.
Que después de este apagón salga el presidente del gobierno a asegurar que no se trata de ningún ataque cibernético si no de un fallo del sistema, pues como que tranquiliza bastante, a pesar del que motivo técnico ni lo entendamos ni nos quede claro el porqué ni el cómo.
Y ahora, vivida y contada ya la historia del apagón, lo que sí tenemos claro, es que a todos y cada uno, en un principio lo primero que se nos pasó por la cabeza, es que podíamos estar en el comienzo de esa guerra mundial que sentimos nos están fraguando los insaciables y delirantes poderosos, y de la que nadie, si sucede, saldremos vivos o indemnes.
Y la verdad es que motivos no van faltando para que todos pudiéramos pensar que algo tan inhumano y cruel es factible en estos momentos, que es donde está lo más grave de lo sucedido este lunes 28 de abril de 2025, y lo que nos sitúa de lleno con más claridad, en medio de esta temible situación en la que nos tienen los Trump, Putin, Netanyahu, Jinping, Kim Jong-un... y que parece, dado su comportamiento, que si los fuegos artificiales suceden, no irían con ellos, como si tanto poder llevara aparejado además el de la inmortalidad. Lo malo, es que esto puede ser así, pues ellos disponen de refugios, mientras a los demás estamos al aire libre, y expuestos a que nos lleven a todos por delante.
¡Menuda tropa de inmortales!
