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22 junio 2025

LOS ESPIRITUALES: UNA 'GUÍA' DE BASILIO SÁNCHEZ, por José Luis Puerto

LOS ESPIRITUALES: UNA 'GUÍA' DE BASILIO SÁNCHEZ, por José Luis Puerto - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José Luis Puerto
LOS ESPIRITUALES: UNA 'GUÍA' DE BASILIO SÁNCHEZ, por José Luis Puerto

    A lo largo de la historia, desde los clásicos greco-latinos hasta hoy, han ido apareciendo libros, siempre muy significativos y personales, que podemos adscribir al género de la ‘guía’. Podríamos poner no pocos ejemplos de lo que decimos, desde Boecio hasta Maimónides, por no citar sino a dos autores de obras bien conocidas; o, en nuestra tradición, ya en el siglo XVII, Miguel de Molinos y su bellísima ‘Guía espiritual’.

    María Zambrano decía que “la ‘Guía’ está enteramente polarizada hacia su destinatario; viene a ser como una carta, una carta y un mapa también, una carta de ruta para navegar entre un laberinto de escollos”.

    Pues, bien, todo esto, y más es el reciente libro del médico y poeta cacereño Basilio Sánchez (1958), titulado ‘El buen lugar’ (Valencia, Pre-Textos, 2025). Estamos ante un libro reflexivo, ante una suerte de meditación sobre la poesía y sobre la vida, sobre la propia labor tanto profesional, como existencial como creativa, así como sobre una serie de nombres, de escritores (y aquí el poeta traza una verdadera constelación de autores contemporáneos que lo acompañan), que lo acompañan en su reflexión.

    Hay una doble coordenada en la que nos sitúa el autor a la hora de ofrecernos esa guía, ese breviario de existir y de estar en el mundo, esa guía que es ‘El buen lugar’. Por una parte, un eje espacial (“el lugar en el que vivo –esta pequeña ciudad de Cáceres, inmersa en la naturaleza y enclavada todavía en la quietud del paisaje– continúa estando muy cerca de lo rural y de un modelo de sociedad en la que las relaciones humanas sólo pueden entenderse en el contexto de su entorno natural.”) y, por otra, un eje psíquico, anímico, creativo (“La poesía es una religión a la que nadie me obliga.”).

    Y es este último eje, el de la reflexión en torno a la poesía, el que vertebra toda la obra. Estamos, sí, ante una auténtica ‘meditatio’ en torno a la poesía y a lo poético. En torno a la poesía, traza el autor una verdadera constelación de signos. Es para él “una fórmula mágica que evoca lo sagrado”, al tiempo que “salva para nosotros todo aquello que, en su delicadeza, en su desprotegida lentitud, consigue devolvernos lo que somos.”

    Dejamos apuntados únicamente dos posibles aspectos de lo que la poesía supone para el autor; pero es mucho más. El poeta nos va trazando un abanico de posibilidades en torno a la poesía y al hecho de poetizar (“La poesía como actitud, como toma de posición ante la vida es, sin duda, una forma de resistencia”; o también: “Aspiro a una escritura limpia, reposada y paciente”…).

    Otra vía de reflexión, de un gran interés, por lo que supone de desvelarnos su propio proceso creativo, es la que abre y articula Basilio Sánchez en torno a no pocos de sus poemarios escritos y publicados. Dejamos apuntado este registro, significativo en la obra, porque nos arroja no poca luz sobre el proceso y los espacios creativos del poeta extremeño.

    También es iluminadora esa cartografía que el autor va trazando sobre sus lecturas, sus autores predilectos, los mensajes que, a través de sus obras, le transmiten y, a través del poeta, nos transmiten a todos. Nos atrevemos a seleccionar algunos, porque, por su continua presencia en estas páginas, advertimos que son esenciales para el autor. Así, por ejemplo, los polacos Adam Zagajewski y Wislawa Szymborska (la autora del poema más hermoso que conocemos sobre el alma), José Jiménez Lozano, René Char, Albert Camus, Louise Glück, Roberto Juarroz, Raúl Zurita…, entre otros muchos.

    Ese ‘buen lugar’ de que habla el poeta es la poesía, reivindicada a través de la imagen de la casa (“La casa, como refugio espiritual y poético y como un elemento permanente del paisaje interior en el que se sitúa el hombre que escribe”), esa casa sobre la que tan certeramente reflexionaran también Martin Heidegger o Gaston Bachelard. Porque tanto la poesía como la casa son protectoras también, son ámbitos de protección y, por ello, de sentido, nos otorgan sentido.

    Todo lo indicado no son más que sugestiones de lectura de una guía espiritual fascinante: ‘El buen lugar’. Sí, una guía espiritual, de un escritor atento, de un escritor que sabe que la poesía verdadera surge de la vida y ha de estar aunada y vinculada con ella. Por eso revela y por eso ilumina.

    Tengo dos amigos médicos poetas. Quiero vincularlos aquí: el aragonés Mariano Castro, sobre el que ya escribí hace unas pocas semanas, comentando su último libro de poemas; y el extremeño Basilio Sánchez.

    Los atentos, los espirituales. Desde un plano retirado (no todo lo que existe se halla en un primer plano), están escribiendo, cada uno a su modo, una poesía verdadera.

    Basilio Sánchez, con ‘El buen lugar’, se suma además ahora a esa hermosa tradición occidental de las ‘guías’. Ahora, en este presente tan incierto, que nos hacen tanta falta.

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