Me acerco a ver la obra de la Rúa del Sol, una vez anunciaron, aunque aún no se encuentre abierta al tráfico. Supongo que será para dar tiempo para que se asiente, y el tráfico rodado no la dañe, o simplemente para abrirla después de inaugurarla oficialmente por parte del "ayuntamiento".
Es cómoda de pasear, y aunque no es el tipo de pavimento que requiere el entorno quizás sí será el más conveniente de poner, por razones técnicas.
Lo cierto es que la calle lo pedía, y hecho queda, para mejor andar de la mucha gente que la transita.
Si todo ha quedado bien a simple vista, hay algo en ella que me ha llamado la atención, y no para bien: Las tapas de los accesos a los distintos, y muchos servicios que albergan hoy en día las calles, y es que hay, tres de las situadas en el entorno del Teatro Nuevo y el banco Santander, sobresalen del suelo lo suficiente como para ser causa de tropezones y caídas, algo por tanto peligroso, y que sabido, sería muy conveniente de rectificar lo antes posible.
Lo dicho...tres eran tres los yernos de Elena, y ninguno era bueno. Pues eso, ninguna de las tres tapas buenas son, y además son peligrosas. Ahora toca que se reaccione a tiempo antes de que sea tarde.