JUGANDO CON FUEGO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
Que este mes todo se complica, por la masificación de gente, no es nada nuevo. Que uno de los lugares en los que más se produce esta masificación es la Alameda, es visto y sabido por todos, y que lo que ésta acarrea es a su vez, una sobrecarga de vehículos, tanto en la avenida de la Concha, como en los aparcamientos, es algo que todos vemos y sufrimos. Pero el problema mayor, de esta situación, y que puede terminar causando alguna desgracia grave, es la velocidad a la que circulan algunos vehículos, a pesar de estar muy bien señalada la limitación. El otro día he visto como un niño, al que se le había escapado un balón, salía entre dos coches a por él. Afortunadamente el coche venía despacio y nada pasó. El camino que baja de la Peña del Sastre, tiene un paso de peatones puesto con mucho sentido, pero en el cuál, hasta no estar uno en él, ni el peatón, ni el coche, ven. Eso ha hecho, que ya allí, haya habido más de un susto. Los coches aparcados, no tienen buena visibilidad para salir, y esto ya ha provocado accidentes.
Todas estas circunstancias, hacen que estemos en un tramo que se puede considerar peligroso, en cuanto la velocidad no sea la que procede para salvar estos peligros. Y está pasando, que no son pocos los vehículos que no respetan las señales, con lo cual estamos jugando con fuego, si no se toman las medidas convenientes.
