SI NO VAS A VOLAR, DESPÉJAME LA PISTA, por Mara Guadalix
Y si no vas a volar, despéjame la pista
Cómo decirte siempre que te estimo, qué no quiero forzarte, lastimarte, herirte...?
¿Cómo hacer qué comprendas qué no soy la muchacha extranjera qué sueña con venirse a esta tierra prometida sin maná y casi sin ná?
Qué soy más parecida a la frutera de la plaza, la maestra de pueblo o la vecina del quinto... esas mujeres que tienen casa y vida, y quieren en su pareja un complemento, y no un sustento?
Qué quiero a una persona que me escuche y yo a ella, que nos podamos ver, compartir tiempo, sin buscar más razón qué la de estar vivos?
Qué las palabras de amor, aunque son muy bonitas, tienen qué sujetarse en lo real, la complicidad, las ganas de ayudarse, de complacer y de mimar al otro, que así, por sí solas, no llegan ni a un amor adolescente, donde hay abrazos, ilusión, deseos y que una pareja, no hace falta explicar qué es, la respuesta está cerca, presente, cotidiana y evidente.
Que yo respeto tu vida, tu forma de pensar y de vivir, y no encajo ahí, ni aunque me metieran a presión en un molde. Yo conozco a la gente en libertad, hablando, riendo o llorando, y es mi forma, si quiero leer, pues cojo un libro, hay tantos temas y están tan bien explicados, desde la ciencia a la conciencia, y como soy una persona sana y sin dobleces, no puedo acallar mi subconsciente.
Feliz día para todos y qué cada uno lo disfrute a su manera.