INAUGURADAS LAS VÍSPERAS, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
Volvía de mi paseo nocturno, cuando un coche de los municipales con sirena puesta entró en la avenida de Sefarad, le sigo con la vista y veo que para junto a los coches eléctricos, que ya han llegado, y como siempre los primeros, y seguro que también como siempre se irán los últimos.
Me doy la vuelta a ver qué pasa y veo mucho humo, al acercarme me percato de que está ardiendo una pequeña caravana pegada a estos la cual tiene visos de pertenecer a ellos.
No me digan cómo ni de dónde, pero el lugar por donde acababa de pasar en gran soledad, como corresponde a una gélida noche de un lunes de enero, ahora en él, además de la policía y los bomberos, estaba rodeado de curiosos, que desde la distancia hacían comentarios.
Con rapidez los bomberos sofocaron el fuego con lo que la gente se dispersa, pero ya habiendo vivido lo propio de todos los acontecimientos de masas: los ruidos de sirenas, el ir y venir de la gente, policías, bomberos y todas esas historias que también son propias de los festejos carnavaleros.
Todo ello antes de los pregones, las rondallas, los desfiles infantiles y los toros. Y es que este suceso tempranero, propio del alboroto festivo del carnaval, ha madrugado mucho este año, pero de lo que no hay duda es de que con él quedan inaugurados las vísperas carnavaleras.