CÓMO, POR QUÉ Y A DÓNDE PODEMOS LLEGAR, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
Estos
son algunos de los que nos van a gobernar, y digo nos van, porque son
los cargos elegidos
de Estados Unidos y tendrán puestos de responsabilidad, y con ello,
a todos nos toca algo, puesto que son los jefes del imperio.
El más rico del mundo que lanza cohetes. Un antivacunas, fanático de la conspiración y que dice que tiene un gusano en la cabeza. Un doctor que recetó medicinas de la malaria para la Covid. Una de las socias de la mayor empresa de lucha libre en Estados Unidos. Un ex jugador de la NFL. Una reina de la belleza, famosa por haber ejecutado a su perro de un tiro en la cabeza. Un ex soldado que se volvió conductor de nocheros.
El rico agilizará los trámites burocráticos. El antivacunas estará al frente de la secretaría de salud. El doctor malaria irá a jefe del seguro público médico. La empresaria de lucha libre a la secretaría de educación. El ex jugador secretario de vivienda. La que ejecutó a su perro a seguridad nacional. El ex conductor que era soldado secretario de defensa. Todos ellos comandados por un heredero que cayó en bancarrota y culpable de 34 delitos y pendiente de 24 procesos penales hasta hace unos días. O sea, Donald Trump.
La pregunta que muchos nos hacemos es cómo se ha podido llegar hasta aquí y la primera responsabilidad no hay duda que recae sobre el partido republicano, puesto que es él quien elige a su candidato. ¿Qué ha llevado a los senadores a semejante elección? Pues a mí sólo se me ocurren dos cosas: Una, el miedo a ser coaccionados por alguna información personal que su compañero tenía, pues poseerá muchos informes personales, y sabido es que no se para en barras. Y otra, una vez que se ven sus posibilidades de ser el candidato, pues eso, apuntarse a caballo ganador para recoger prebendas pase lo que le pase al mundo.
¿A dónde nos puede llevar a todos? Pues es aún una página en blanco, pero a la que se le esperan muy malos relatos dados los comienzos tan parecidos a la otra historia que lideró Hitler, que como Trump ganó elecciones democráticas, consiguió el poder gracias a la derecha alemana, y por las anexiones invasivas. Si Hitler identificó a los culpables de los males alemanes en los judíos y gitanos, Trump en los emigrantes sobre todo no blancos. Ya han empezado las acciones contra estos los huidos de sus países por penurias económicas o persecuciones políticas, causadas por situaciones socio políticas de las que en América del Sur nunca ha sido ajena la influencia y el poder de Estados Unidos. El uno quería hacer Alemania grande, el otro América. Hitler para ello quería aumentar su espacio: Austria, Checoslovaquia, Lituania…, y Trump con Groenlandia, Canadá y Panamá. Con ambos las grandes democracias europeas no hicieron nada por contenerles, uno hasta que invadió Polonia, y el otro ¿hasta cuándo? Hitler se apoyó en el mayor propagandista de la época, Goebbels, Trump ahora cuenta con Musk. Aumentó el gasto militar, y esto está sucediendo ahora también con Trump. El uno buscaba la autarquía limitando la capacidad de compra en el extranjero, Trump imponiendo aranceles. A uno le apoyaban desde Italia, Hungría y España, al otro, ahora desde Italia, Hungría y Argentina.
Ambos contaron con apoyos fascistas desde otros países demócratas. Cuando cayó, todos dijeron: “no pensábamos que pudiera llegar tan lejos”. Y cuando caiga Trump ahora todos dirán lo mismo.
Pero esta vez ¿hasta dónde vamos? pues dada la potencia del arsenal armamentístico actual pudiera darse el caso que no quedemos nadie para saberlo.