CHILE EN EL CORAZÓN, por José Luis Puerto
Chile vuelve estos días a estar de actualidad. No es para menos. Se cumple el medio siglo (11 de septiembre de 1973) del golpe de estado dado por Pinochet contra el régimen democrático chileno, presidido por Salvador Allende. Un hecho grave, un gesto bárbaro (las continuas asonadas militares constituyen, por desgracia, un mal endémico de toda América Latina), provocado por intereses diversos e impulsado en aquel momento por el propio gobierno norteamericano, que truncó la vía pacífica hacia un socialismo democrático, encarnado por la presidencia del socialista Salvador Allende, que perdería la vida en aquel mismo día.
Estos días de atrás, tal hecho histórico, tan trágico y desventurado, el suplemento cultural de un periódico madrileño lo consideraba como “uno de los hechos capitales de finales del siglo XX”. La izquierda llegaba al poder en Chile con los votos mayoritarios de los ciudadanos, iniciándose así lo que sería llamado como la vía democrática hacia el socialismo.
Pero tal esperanza fue truncada hace ya medio siglo. Un medio siglo en el que el mundo se ha transformado y de qué modo; en el que han surgido no pocas esperanzas, al tiempo que –como ocurre hoy mismo– bastantes nubarrones que amenazan la justicia y la democracia, la convivencia y la libertad. Pero de tales amenazas todos somos testigos.
La esperanza chilena, democrática y civilizada, quedó rota por un golpe militar, marcado por la violencia, la represión y la muerte. Acaso sea el cantante Víctor Jara –de voz tan poderosa y personal e intérprete de canciones tan hermosas y memorables– el nombre que mejor pueda resumir y representar todas las vidas segadas violentamente por los golpistas.
Pablo Neruda murió en aquel mismo momento, por aquellos días. Su muerte es un enigma. Neruda, ese cantor épico de la grandeza y el misterio de América, como puede advertirse en el arranque de ‘Canto general’.
Muchos años le costó al pueblo chileno recuperar la democracia. Pero su evolución histórica no fue como podría haber sido, de no haber truncado aquella barbarie militar y armada la vía democrática hacia una sociedad más justa e inclusiva de todos los sectores sociales más humildes, que nunca participan del banquete social, que quedan marginados y excluidos.
Chile en el corazón. Tomando como pauta aquel hermoso libro nerudiano de ‘España en el corazón’, cuando nuestro país –también, ay– perdiera la legitimidad republicana a causa del levantamiento militar franquista. Qué trágico paralelismo.
Y Chile en el corazón, porque es un país hermano que ha producido una cultura muy hermosa, que dignifica y ensancha nuestro idioma y toda la tradición hispánica y americana, a través de figuras como la ya citada de Pablo Neruda, también de los poetas Vicente Huidobro, Nicanor Parra y otros que sería imposible nombrar aquí, o de esa figura que renovara la narrativa hispanoamericana después del ‘boom’, como fuera Roberto Bolaño; o de esos cantantes como Violeta Parra y el propio Víctor Jara.
Chile en el corazón. Hace cincuenta años –de no haber sido por la barbarie que truncó una vía civilizada de la historia–, no se habría apagado esa vía de democracia civilizada, avanzada y social que un presidente como Salvador Allende proponía, así como todo el amplio movimiento social que representaba.
Hoy, la memoria histórica de aquel grave suceso, de aquel importante hecho histórico truncado, puede mantener la luz que trató de arrojar sobre la contemporaneidad de todos.